La trama está ambientada durante una semana de agosto de 1981, y esta decisión temporal se refleja en la estructura de la novela, dividida por los días que dura la investigación: comienza el sábado 24 de agosto de 1981 y concluye el 31 del mismo mes.
Noon realiza un trabajo consistente en cada capítulo, acompañando al inspector Hobbes en el proceso de develar el misterio que rodea la muerte de Brendan Clarke, un músico de 26 años y ferviente admirador de Lucas Bell. En las primeras pesquisas, todo apunta a un suicidio, pero ciertos detalles despiertan sospechas, como un vinilo colocado en un tornamesa con una marca de goma que detiene la aguja en una estrofa específica de una canción de Bell. Este elemento pone en marcha una serie de inquietudes que conectan a Hobbes con una periodista musical, un fotógrafo, una estrella de rock en decadencia, una adolescente igualmente devota de Bell, una sociedad secreta, la figura de Aleister Crowley y las huellas de abandono, rechazo, humillación y maltrato sufridas en la infancia. Todo esto mientras Hobbes intenta limpiar su nombre tras una falsa acusación de haber asesinado a un marchante afrodescendiente durante las manifestaciones de Brixton del 11 de abril.
La novela es atrapante desde el primer momento, con muy buenos cierres de capítulo. Resulta fascinante cómo se van develando los móviles de los asesinatos de Brendan Clarke y Johnny Valentine —amigo cercano de Lucas Bell—, y cómo estos crímenes se conectan con el propio Lucas y con la Sociedad Minerva, un club secreto en el que cada integrante asume un nombre para habitar “la ciudad del Edén”.Se trata de un caso muy bien construido que demuestra cómo Noon puede transitar con soltura los densos callejones de la novela policial, incorporando elementos de la escena musical. Es difícil no percibir una fuerte presencia de David Bowie en el perfil de Lucas Bell, especialmente en su etapa de Pierrot —recordemos que, en sus procesos camaleónicos, Bowie adoptó el alter ego de un mimo triste—, así como referencias al ascenso de la nueva ola del metal británico.
Muy recomendada.
Jeff Noon (Manchester, Reino Unido, 1957) es un escritor británico conocido por su obra híbrida, que cruza la ciencia ficción, la novela negra, el surrealismo y la experimentación lingüística. Alcanzó reconocimiento internacional con Vurt (1993), novela con la que ganó el Premio Arthur C. Clarke, y que dio inicio a una serie ambientada en un Manchester alternativo donde la realidad se altera a través de una droga alucinógena accesible mediante plumas de colores.
Antes de dedicarse por completo a la escritura, Noon trabajó como bibliotecario, experiencia que influyó en su interés por los sistemas de información, el lenguaje y las estructuras narrativas no convencionales. Su obra suele explorar temas como la identidad, la cultura pop, la música, la marginalidad urbana y los límites entre lo real y lo imaginario.
Además de la ciencia ficción, Jeff Noon ha incursionado con éxito en la novela policial y el noir, como demuestra El Rey Perdido (Slow Motion Ghosts, 2019), ambientada en la escena musical británica de comienzos de los años ochenta. A lo largo de su carrera, Noon ha mantenido una voz singular, marcada por una fuerte influencia de la música, el arte visual y la contracultura, consolidándose como uno de los autores más originales de la literatura británica contemporánea.
1 comentario:
Que interesante reseña acerca de Noon, la verdad es que no lo conocía y me encantó la historia de este libro, tanto me encantó, que lo voy a leer. Que interesante la vida de Noon y que chévere todas sus influencias, amo la novela negra, el surrealismo y por su puesto la ciencia ficción o sci-fi.
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