ASTRAL VERB
El
enrarecido aire, mezcla de smog y aguas turbias, penetraba las rendijas de
ventilación del aerodeslizador. Silik Grubert, agente de cibercrimenes, había
recibido su pedido: un vaso de 12 onzas de expreso americano. Probo un sorbo
para determinar su sabor. Sobre el panel de control del aerodeslizador tenia
una moleskine negra y un estilógrafo desechable, prefería el papel antes que la
pantalla. Había garabateado algunas notas en la página correspondiente a lo que
parecía un seguimiento de caso, que inicio el 5 de diciembre. Soltó el estilógrafo
y alzo la mirada para contemplar los alrededores del complejo industrial:
enormes chimeneas, ladrillo, cemento y graffitis tachados. Volvió a las notas y
una de ellas, en un post-it amarillo llamo su atención: Krampus. Grubert se especializó
en malwares, sofware malicioso, cuyos daños afectaban a los consorcios y
multinacionales de tecnología aplicada. Desde el reporte de 2008 de la Symantec
Corp, el ritmo de crecimiento de estos malware superaban las aplicaciones
legitimas. El primer caso de Grubert, Dambala,
fue un malware que afecto las unidades móviles de la policía y libero un gran
número de reos, entre ellos azabaches y calacas, de la prisión estatal, tras
años de seguimiento detecto la fuente, el pin de su creador, un hacker creyente
de la religión vudú.
Hacia
unos cuantos días recibió una asignación particular, el jefe de departamento de
ciberseguridad había anotado el post-it, le paso un folio lleno de registros e
incursiones de este malware reportado como k1ampu5,
no era cualquier clase de malware aficionado, según la descripción era una
perfecta combinación de rootkits y spywares que se infiltraban sin ser
detectados por sistemas operativos convencionales. En otra de las hojas del
archivo estaba una tabla de datos, algunas con resaltador, que mostraba las
victimas potenciales de k1ampu5. Tomo
otro sorbo del expreso, tecleo el monitor táctil del panel de instrumentos, abrió
su lista de contactos hasta encontrar el registro del azabache infiltrado Astral
Verb. – hola habla verb astral, es tu turno, deja tu solicitud – jamás
contestaba, sabia que podían triangular su señal en cuestión de segundos, lo de
las películas policiales cayo en desuso, tres minutos era una eternidad. –
habla Silik, tengo los reportes de ataque del k1ampu5, es un buen canje para obtener mas información sobre 5an_n1c0la5, no hay mucho tiempo, la
oferta expira en dos horas – colgó, tomo los últimos sorbos del expreso,
encendió el aerodeslizador y tomo la autopista aérea noroeste.
– nuevo
mensaje – advirtió el notificador del dispmov de Astral Verb. Conecto el
dispositivo a una línea segura, una suerte de inhibidor de rastreo, tomaba las
medidas necesarias para que no fuese interceptado. Verb escucho el mensaje –
Silik quiere negociar – miro hacia la holopantalla de su despacho en la que se
proyectaba el noticiero, al parecer un equipo de infiltración, hizo un
allanamiento a las bodegas cercanas a su área. – tomo su dispmov y envió una
respuesta a Silik – tenemos un trato, nos vemos cerca de los túneles en media
hora – apago el aparato y se dispuso a salir. Astral Verb forjo su reputación de azabache
traficando software de intrusión y malwares. Comenzó como un seguidor del clan
de legba y el barón samedi que se atrincheraban en el tétrico sector de San José.
Cuando fueron perseguidos Verb abrió una nueva secta que invocaba entidades nórdicas,
para finalmente perfilarse en demonios cibernéticos. Los expertos no daban fe
de sus rituales ciberchamanicos, ante la incredulidad y el escepticismo se
refugio en los sótanos de San Vitoco para crear su propio clan. No cualquiera
puede tratar con los azabaches, su precio puede oscilar desde unos cuantos dólares
negros hasta partes del cuerpo, en especial los dientes: premolares, muelas del
juicio y colmillos.
Silik
aterrizo en la intersección de la Jiménez con séptima. Al decender del
aerodeslizador noto un cambio en el aire, no estaba tan turbio, se sentía mas
ligero. Miró en todas las direcciones asegurando que nadie estuviese
observando, sin embargo también activo el radar térmico de sus lentes, solo
noto un par de indigentes. Los túneles
estaban adornados por murales callejeros de renombrados artistas como lescivo,
toxicomano y guache; en cuanto al mobiliario parecía haber sido sacado de un
catalogo de diseño suizo. Habían pantallas holográficas que proyectaban
infomerciales del conglomerado KFK, el mayor proveedor de artículos y servicios
que reemplazo a los consorcios españoles y americanos.
– No
hacia mucho que k1ampu5 se expandió rápidamente – era la voz grave de Verb –
todo sistema que infiltra cae como piezas de domino – Verb se acerco
pausadamente. – se nota que estas en apuros eh – le respondió Silik con tono satírico
– aquí tienes toda la información, parece un trabajo de Tech-bridge, su
algoritmo parece encriptado base ocho. La notación del k1ampu5 vulneraba las defensas de cualquier sistema hasta fragmentarlas
sin ser detectado. Verb tomo el
folio que le paso Silik, lo miro por encima, – quieres información 5an N1c01á5
¿verdad?, el trato es que usare el krampus y si funciona te entregare en un
archivo encriptado lo que quieres – saco su pipa e inhaló fugazmente – es
simple, tus amigos polis me tienen cercado, inserto el krampus, cae la red y podré
operar por un par de días, si resulta todo se te entregara acorde al plan. Verb quería imponer a Los azabaches
sobre los llaneros y calacas; los clanes mas fuertes de SanVitoco, querían
tomar el control de la zona y para eso requería invocar fuerzas cibernéticas
ocultas, Verb sabia que jugaba con algo mas fuerte que el fuego, jugaba con
fuerzas poderosas que solo responden a su libre albedrío.