viernes, 19 de enero de 2018

Un Mito: la repentina muerte del silencio


En el principio reino el silencio.
En sus entrañas habitaba una fuerza que podría arrebatarle su dominio, ya se lo había señalado el tiempo, pero no hizo caso. Su sospecha pronto se hizo paranoia y fue ahí, en ese mismo instante, que sin darse cuenta la despertó de su letargo. El silencio no pudo saber como lo haría, ella tenia su forma de hacerlo, no de una forma agresiva o violenta, no, lo haría de la manera mas sutil, sin que lo notara. Al comienzo se manifestó como una pequeña larva que se fue nutriendo del ruido oculto que almacenaba el silencio en su corazón, la energía que emanaba de allí le hizo aumentar su tamaño hasta que el mismo silencio no pudo contenerla y estallo en millones de formas que ocultarían al silencio en los socavones del olvido.
Las formas congregadas tomaron su lugar como símbolos, pálidas representaciones de lo que teníamos a nuestro alcance, generando una rebelión que termino por encarcelar toda manifestación pura en definiciones y nombres, aprisionándolas en sentidos que no les correspondían. Con el paso del tiempo mismo esos símbolos tomaban su esencia de las cosas inertes: la roca, el árbol, la montaña; también de las cosas activas: el agua, el viento y el fuego. Fue este último, el fuego, el que desato la última contienda por el dominio del mundo que había guardado el silencio, dotando a los primeros seres la potestad y la falsa idea de que eran los dueños.
Los cánticos, los rituales y las plegarias a todos los símbolos se fueron sustituyendo, cuando los primeros seres cayeron en el sueño de la razón, por un solo regente, una entidad que arrebato toda la esencia de los primeros símbolos para asegurarse su potestad como el símbolo que los domina. Con esa idea en mente los primeros seres engendraron una nueva fuerza que acabaría con estos seres e impondría un régimen cuyas estrictas reglas  moldearían la percepción a tal grado que los sentidos obedecerían  ciegamente. La magia de la palabra comenzó a diluirse cuando fue llevada ante la imprenta, que fijo su esencia en una celda bidimensional visitada por incautos que al preguntar sobre su naturaleza no sabrían que responder, dejando su valor en la interpretación que este les pudiese dar.   
El aparente triunfo se convirtió en fracaso al momento de compensar aquello a lo que se había renunciado. El intercambio solo dejo un suelo árido y antiespiritual que aplanaron todo sentido ritual hasta menospreciarlas y mecanizarlas, la intención no era otra que dirigirlas a un nuevo crisol, uno que no dependía del fuego sino del cobre y el silicio. Siendo consciente de ello he pagado mi condena revelando la manera en que esta fuerza, que en lengua común se le llama lenguaje, nos arrebato el sueño silente y nos dejo a merced de la tiranía de las representaciones, con el único fin de incitar a quienes decidan convertirse a una nueva rebelión que acabe con esta epidemia y regresemos al silencio mismo, pero eso ya no es posible.
hace poco supe que el silencio había muerto en su encierro.    

jueves, 11 de enero de 2018

EDITOTIAL 77 - El Auto Fantastico

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Una de mis actividades favoritas de infancia era ver televisión. Mientras otros pasaban horas jugando en la calle, yo prefería estar al frente de la pantalla chica viendo enlatados (así se les llamaba a las series importadas) que en su mayoría eran de ciencia ficción. Uno de estos enlatados que me fascinó sobremanera era El Auto Fantástico, el solo hecho de que un vehiculo hablara y tuviera conciencia de si era, además de un sistema de armas integrado, algo fuera de lo común.
Recuerdo, gracias a Youtube, que el intro iniciaba con estas palabras:“Un sombrío vuelo en el peligroso mundo de un hombre que no existe. Michael Knight, un solitario en una cruzada para defender la causa de los inocentes, los indefensos, los impotentes, en un mundo de delincuentes que operan por encima de la ley.” Con el fondo musical compuesto por Stu Phillips, ahí aparecían las palabras Knight Rider – no falta aquel que crea Knight=El Auto Rider=Fantástico que mostraba escenas en las que el actor David Hasselhof conducía a Kitt, el verdadero protagonista de la serie. Una idea genial del productor y guionista Glen A. Larson.
Larson, que falleció en el 2014 a los 77 años, había creado series como Buck Rogers en el Siglo XXV, Profesion Peligro y Magnun P.I, sin embargo quería hacer  una serie que involucrara un super vehículo, un auto que hablara y estuviera equipado para combatir al crimen, algo fuera de lo común. Fue entonces cuando concibió la idea para Knight Rider. La premisa narrativa nos lleva a Michael Arthur Long, un honesto teniente de la policía, que lideraba una investigación contra el poderoso grupo informático COMTRON, bajo el cargo espionaje industrial. Al momento de caer en el cumplimiento del deber, es rescatado por una misteriosa organización, que además de modificar su rostro, reconfiguró su Pontiac Firebird Trans convirtiéndolo en una letal arma de lucha contra el crimen.
Michael es acogido por la fundación FLAG liderada por Wilton Knight y junto a su vehículo convertido en el poderoso KITT (acrónimo de Knight Industries Two Thousand, Industrias Knight 2000) protegía a los indefensos, los impotentes, los inocentes; de los criminales. Tras cobrar venganza sobre quienes lo traicionaron y trataron de matar, Michael Knight asume su nueva identidad como miembro de la Fundación para la Ley y el Gobierno, combatiendo al crimen en compañía de sus amigos Devon Miles y Bonnie Barstow, la hermosa mecánica que se encarga de las reparaciones y el mantenimiento de KITT.
La serie se emitió desde el 26 de septiembre de 1982 hasta el 8 de agosto de 1986, un total de 90 episodios, en los que Michael y Kitt enfrentaron a diversos tipos de maleantes para proteger al indefenso, incluso contra otros vehículos modificados como KARR y GOLIATH, conducidos por Garth Knight, el rival de Michael. Se intento hacer un reinicio en 1991 pero no funciono tanto, que siguió en 1994 cuando se filmo la película Knight Rider 2010 y en 2008 se filmaron un par de episodios, pero con muy bajo rating.
Esta serie tenia todos los ingredientes esenciales para aquellos años: Un auto futurista de color negro, música electrónica y grandes virtudes. Por eso haremos una breve dossier sobre esta serie que lanzo a la fama al guardián de la bahía David Hasselhoff, su increíble auto que aparece en una que otra serie a modo de remembranza y el significado para aquel tiempo.
Ficciorama, Enero de 2018

TYPOTIFICACION parte 2


Extractos del diario naranja de José Alfort

Noviembre 25
Fue atracción a primera vista.
Nunca antes había sentido algo similar por una pieza grafica impresa.
Recibí el singular volante de manos de un joven cuya impávida expresión reflejaba la dura jornada al repartirlos sin mayor recompensa que ir de nuevo a pedir mas y ganar algo extra. Como acto mecánico la doble por la mitad y la guarde en el bolsillo, pero luego cai en cuenta de que eso lo hago con los otros volantes, los de comida y otros menesteres, lo extraje de nuevo y lo guarde en la página numero 70 de la novela que estaba leyendo, El Venusino, para que no sufriera mayor alteración y recuperara algo de su ya gastada lozanía, pero el papel es rencoroso, lo recuerda todo.


Noviembre 26
Salí de nuevo hacia el mismo sector, la calle 17 con carrera 10.
Ahí estaba el mismo joven con la misma expresión en el mismo lugar, sin embargo el volante había cambiado. Tenia otra tinta, magenta, y el dibujo era diferente al primero que recibí, una mano abierta con un ojo al centro y el lema “ver para creer”. Avance unas cuadras mas hacia el sur y comencé a recolectar otras “muestras” impresas para mi futuro estudio en litografía. Al regresar a mi casa me dirigí al improvisado estudio que arme en el cuarto de servicio, sobre la pequeña mesa de dibujo que había comprado en un remate. El plan era dejarlos y seguir con mis labores diarias de supervivencia – como hacer almuerzo por ejemplo – pero en vez de eso me quede embelesado observándolos, leyendo los divertidos textos e imágenes, una de estas tenia una simpática simplificación de cupido, nada del otro mundo, pero era muy divertida. Se dice que cuando se lee un libro ya no se vuelve a ser lo mismo, creo que en mi caso fue con los volantes.

Noviembre 29
He vuelto a recuperar medianamente la compostura.
Mis ojos cayeron en un profundo trance del cual he salido, pero no muy bien librado. Al siguiente día de haber leído los volantes mis ojos, mis parpados, mis pupilas; todo mi sistema óptico mejor dicho, me ardían. El mirar por la ventana o simplemente mi mesa de noche era una tortura. Mi primer impulso no fue ir al médico, eso sería peor, el solo hecho de llegar a la EPS y esperar a que me llamaran por el digiturno se compara con un vía crucis de 24 estaciones, de transporte masivo claro. Me puse compresas de hielo, agua bendita, infusiones, todo lo que Reuters me dijera que hiciera, Reuters el anunciante del Bristol, no se si este vivo pero que señor pá bendito oiga. Tras la alquimia homeopática logre recuperar paulatinamente la vista y decidí tomar el esfero y describir lo acontecido.

Es como si me hubiese enfermado, como una gripa pero con cara de otra cosa. Los parpados, me costaba tener abiertos los parpados, como si un hipnotista hubiese hecho lo suyo por wi-fi, tanto así que me coloque unas cintas adhesivas a ver si en algo ayudaban, pero solo sirvió para despegarme unos cuantos pelos de la ceja y un par de pestañas. Los bastones y la fovea, agentes del sistema óptico, solo veían un mínimo porcentaje que me impedía reconfigurar mi noción de realidad. Ahí recordé ese volante que me habían entregado en una esquina concurrida de Chapinero que hablaba de una enfermedad de transmisión textual: La Tipolitis.

Acorde a los tutoriales teguas ofrecidos por Youtube, La Tipolitis consiste en una alteración del nervio óptico que inflama los conductos que envían los estímulos visuales al cerebro impidiendo así una visión coherente sobre lo que se lee o observa. Mi visión ya estaba contagiada, ya nada seria lo mismo, ahora si estoy jodido.

Noviembre 30

Un vecino del edificio al verme en tan deplorable estado me recomendó un remedio que había leído hace rato ya en la famosa Guía de Glong y Plenovsky Para Enfermedades de Transmisión Textual. Al principio no le estaba creyendo de a mucho, pero era la única posibilidad de recuperación y a problemas desesperados soluciones desesperadas, dicen por ahí.

El remedio en si consiste en purgar el imaginario con dosis mínimas de arte suprematista de Malevich, ver por al menos unos 15 segundos el cuadro negro abriendo y cerrando los parpados rápidamente, muy parecido al REM, para que los conductos empiecen a desinflamarse. Luego de esta rutina se hace pertinente ver algunas obras de la secesión vienesa, puede ser Kokoshka o Klimt, pero mejor Klimt, es mas sutil y transmite los nutrientes requeridos para hidratar la pupila.   

Vaya, este sujeto parece estar mas en un canal de telemercadeo, la verdad no había leído estas notas y por el afán de rellenar me deje llevar por las primeras líneas que parecían prometedoras. Es habitual en los redactores amateur sigan el famoso consejo de “escribir como hablan”, de ser así no me quisiera imaginar un poema escrito en el dialecto del bajo lenguaje urbano, en otras palabras seria intraducible por cualquier traductor por mas especializado que fuera, además desde la invención del Nadsat, el mismo que pronunciaba Alex DeLarge insigne protagonista de la Naranja Mecánica.

Como pudieron notar, el mismo Alfort nos brinda en su “testimonio” la solución salvo su visión: una purga visual.

Bueno, creo que eso era todo ¿esperaban mas? Tal vez en la próxima, son mas de la una de la madrugada y he estado sentado la misma cantidad de horas que dura un viaje hasta la costa, doce horas para ser exacto ¿qué por que no escribí mas? Una cosa es estar sentado frente al computador y otra escribir, seré sincero: he caído en la procrastinación. Si ya se, es posible evitarla, pero la tentación es mas fuerte y el diablo es puerco, en fin, eso será todo por ahora.
  


  

martes, 9 de enero de 2018

AHORA UN CUENTO POR ENTREGAS: TYPOTIFICACION-PARTE 1


TYPOTIPIFICACIÓN

Entre las muchas técnicas de análisis gráfico presentadas en la guía de Glong y Plenovsky – directores del Instituto de Investigaciones en Escatología Visual – hace mas de un siglo ya, incontables esfuerzos se dieron a la tarea de combinarlas con la intención de rastrear y detectar las señales mismas de la misteriosa y aterradora gestalt viral que amenazaba con la colonización del imaginario colectivo y proyectarla en toda pieza impresa para así alterar nuestra percepción de la realidad. Una idea descabellada alojada en una mente retorcida por cierto. Por lo que se sabe al respecto, según los artífices impresores del bajo mundo, la cepa viene dosificada en capsulas visuales que se ingieren fácilmente con solo un parpadeo, una vez alojada en la retina comienza la agresiva campaña de invasión por el nervio óptico hasta llegar al lóbulo temporal y reorganizar las demás neuronas con el patrón viral, al siguiente parpadeo ya se padecen los primeros síntomas que manipulaban, de manera inconsciente, la gestalt con magistrales engaños caleidoscópicos que desechan al instante el frágil imaginario nativo, sustituyéndolo por uno que va echando raíces con toda la confianza.

Glong y Plenovsky patentaron una técnica de análisis que permite detectar y detener el paso de la cepa, la llamaron typotifipicación ¿qué en que consiste? Para ofrecer una respuesta mas efectiva al respecto, sin salir por la tangente, es mejor ilustrarlo con el único caso registrado con cierto grado de éxito: el del veterano analista visual José Alfort. El expediente señala que su obsesión con los volantes de servicios esotéricos lo llevo a contraer la mortífera cepa y en corto tiempo logro reducir sus síntomas gracias a esta insólita técnica. Junto con el expediente se encontraba su diario de tapas naranja en el que llevo un minucioso registro desde el contagio hasta su cura, que leeremos mas adelante,  en él enfatizo sobre la relación de la selección tipográfica aleatoria con el fantasma etimológico y como esta ayudaba a ocultar determinados significantes que sugestionaban la mente, de forma inconsciente, inoculando eufemismos que luego se manifestaban en la realidad consciente. Este caso es extraordinario en razón a que muy pocos sobreviven al contagio, ya se cuentan muchísimas victimas desde su aparición en 1960.      

Antes de revisar las notas de Alfort es pertinente hacer una contextualización al respecto para aquellos y aquellas que aun se sienten desorientados en el asunto.  Los aquí presentes recordaran que aquellos volantes median 9 cm por  5 cm, se imprimían en papel de pulpa barata – lo que daba esa característica coloración que contrastaba con la tinta de impresión – para ahorrar costos, se usaba una sola o, si el cliente lo requería con la debida justificación, hasta dos tintas, siendo las mas populares la Black, Magenta y Verde Yerba, esta última relacionada estrictamente con las plantas medicinales y alucinógenas usadas por el sequito de hermanos fuesen del llano o del interior. Circulaban a granel por las calles tanto del centro de la ciudad como en los sectores con mayor población flotante cautiva, especialmente entre las calles 19 y 14. Eran repartidos por personas variopintas a los transeúntes quienes hacían lo siguiente: algunos la recibían y tiraban a las tres cuadras y otros cuantos las conservaban como parte de una posible capsula del tiempo. El aspecto mas fascinante y atractivo de esta rudimentaria forma de promoción era su composición. Como ya lo mencione en tan reducido espacio debía caber toda la variedad de servicios ofrecidos por el chaman-brujo-hechicero-mago dejando el mínimo margen de aire – así le denominaban al espacio vacío entre las palabras e imágenes –  razón por la cual los ilustres impresores ejecutaban el calculo de Leclerc para medir la cantidad de texto a componer, en este punto es cuando emerge en el impresor-diseñador una suerte de posesión por libre albedrío para elegir las fuentes tipográficas que se deben usar.

Al ser una labor inconciente, ninguno recuerda por que o como eligió los caracteres, faltando así al código Morison de no elegir mas de dos fuentes para un mismo texto. Esto se puede evidenciar en los testimonios recogidos durante los juicios de Gutemberg realizados a finales de la era Pre-Macintosh, los impresores acusados alegaban que habían sido poseídos por un espíritu que respondía al nombre de REID, este les susurraba al oído dulces estribillos situacionistas que desencadenaban una sinapsis dadaísta  para ejecutar una yuxtaposición tipográfica digna de todo un Marinetti.  

Quienes conocían a Alfort, muy pocos en verdad, decían que desde que recibió el primer volante quedo maravillado por su extraordinaria y ramplona simpleza. Salía todos los días por las misma calles para recolectar muestras para lo que llamo el estudio en litografía. Muy pronto sus allegados notaron algunos cambios en su conducta visual, incluso en su forma de hablar “ahora se la pasa hablando de ligar gamas cromáticas y devolver la creatividad perdida” señalo Roger Lastrada, vecino residente del viejo edificio Galerada. La cepa comenzó a sembrar la paranoica idea de que las palabras dispuestas en estos volantes contenían una proteína que fortalecía el torrente visual: Cratil-o. Esta proteína activa un rizoma que desencadena una singularidad simbólica que en  esencia hace tangible aquello que nombra. Así las cosas comenzó a leer diversos catálogos de tipografía, en especial los del siglo XIX como del XX, en el XXI no hizo mayores aportes salvo combinar, modificar, reciclar y alterar los hermosos glifos creados por la primera cohorte tipográfica, quienes dejaron este plano terrenal para acceder a la progresión celestial de Fibonacci. Para satisfacer la curiosidad de los interesados he aquí la transcripción de uno de los textos suministrado en uno de los volantes seleccionados:

HERMANO LLANEDRO
Especializado en Pantones y Pactos para el Amor Visual
NO SUFRA MAS EN SILENCIO
TODO PROBLEMA TIENE SOLUCIÓN
POR MUY DIFICIL QUE SEA
Garantizo el regreso de su gama tonal amada en poco tiempo, donde este y con quien este no importa el sistema operativo, equipo, años de uso o arreglo con solo el hexadecimal, escala cromática, jpgs, pdfs o post en muros lo recupero sin causarle ninguna clase de daño.
LLAMA HOY MISMO CEL 328 906 4550
Secretos y misterios del vudú para dominar y doblegar el formato
LECTURA DEL TIPOMETRO
PACTOS Y RITUALES
PARA LA CREATIVIDAD Y LA GENIALIDAD
MAGIA ANALOGA – MAGIA DIGITAL
CURO TODA CLASE DE MAPPINGS
SACO PARCIALES OCULTOS, AGENCIAS O PUBLICIDAD VIRAL

 Como pudieron notar se puede ver un tratamiento indiscriminado de caracteres en mayúscula y minúscula – altas y bajas en la jerga tipográfica – además de la combinación forzada de familias serif y sans serif. Es tanto mi entusiasmo que podría seguir y seguir describiendo sobre lo que aquí nos convoca, pero dejemos que sea Alfort, en sus propias palabras, quien nos ilustre de forma idónea sobre el asunto. A continuación leerán las transcripciones realizadas por el voluntariado del semillero de aneurismas ópticos, labor que les tomo alrededor de cinco meses, cuatro semanas, tres días, dos horas y un minuto.

(Continuara en la siguiente entrega)

Editotial 138: Trascender lo humano para mejorarlo, Cyborgs y quimeras ciberneticas

¿Existe la posibilidad de que una persona pueda recuperarse luego de un incidente catastrófico? El escritor Martin Caidin se hizo esta pregu...