jueves, 28 de julio de 2022

EL FOSO DE MABUYA / ERICK J. MOTA (Ediciones Vestigio, 2022)

 

Para los adelantados nativos y nativas digitales palabras como máquina diferencial, código ADA, Leviatán; no producirán mayor efecto que alguna expresión de extrañamiento. En cambio, para los migrantes tecnológicos, aquellos y aquellas que nacieron en el intersticio de la máquina de escribir y el computador, estas palabras activaran una red de asociaciones que conectara con la matriz del ciberpunk latinoamericano: elementales, deidades aterradoras, máquinas y lucha contra el sistema. Esta novela de Erick J, Mota (La Habana, 1975) es una suerte de sonda que explora una cavidad profunda en una historia contada desde un cambio originado en la expedición de Colon en las Antillas. 

Para quienes no lo conozcan Erick J. Mota es Licenciado en Física por la Universidad de La Habana. Ganador de todos los premios de Ciencia Ficción que se otorgan en Cuba desde el 2004 al 2009. También resultó ganador del Premio TauZero de Novela Corta de Fantasía y Ciencia Ficción 2008 en Chile. En Cuba ha publicado la novela corta "Bajo Presión" (2008) y la colección de cuentos “Algunos recuerdos que valen la pena” (2010). Relatos suyos han aparecido en diferentes antologías y sitios web del género como el “Guaicán, sitio de la Ciencia Ficción cubana” y la revista digital Axxón. Quizas una de sus obras mas reconocidas sea la novela Habana Undergüater (2010) un policiaco con influencias del cyberpunk anglo, aunque también se separa del género mientras busca una narración más autorreferencial y local (cubana), por decirlo de alguna manera. Allí, a un mercenario atletico entrenado por los soviéticos y con experiencia en las guerras civiles norteamericanas de principios del siglo XXI—que han destruido a los Estados Unidos como potencia mundial— se le encarga atrapar al hacker que ha robado de la red global una de las ofrendas que han sido dadas a los orishas que habitan la red. Ahora si, continuemos.


La exploración en la mencionada cavidad, el Foso de Mabuya, arranca con un fragmento, a manera de prologo, del diario del primer viaje de Colon y su llegada a tierra, fechado el 11 de octubre de 1492. Al pasar la página se descubre una estrutura formada por cinco secciones, cada una llena de registros de archivo, cartas y paquetes de datos, que van ayudando al lector-explorador a hilvanar una posible explicación de una historia que no es la nuestra, en la cual se evidencia como una fuerza exterior ha intervenido y cambiado el curso de esta narrativa, lo que obligara una lectura minuciosa, con lupa y sospecha, sobre todo con ese terrible dios taino al que conocen como Mabuya. Cada personaje que va apareciendo resulta un punto de vista limitado por sus condiciones respecto a la nocion de Patria, el dominio de la Corona Española, la configuracion de una Confederacion de Naciones Indias con sede en las Black hills, la Sociedad Analitica de Habana, El Almirantazgo de la Marina Real; entre otros.

 

El comentario que tengo sobre la obra es que me dejo gratamente sorprendido. En mi caso tiene elementos que me recuerdan algunos apartes de La Maquina Diferencial de William Gibson y Bruce Sterling – obra tutelar del Steampunk – y tambien algunas imágenes de Conde Cero tambien de Gibson – la segunda entrega de la trilogia del Ensanche – pero como las logra desmarcar e integrar en un trepidante periplo que nos pone al corriente de una posible insurrección en la Sierra Maestra, ubicada en el Estado de Cuba del Este – esto me recordo lo que ocurrio en Berlin en los años de la guerra fría – provocada por lo que han denominado el Ingenio Diferencial una maquina que toma el prototipo fallido de Charlas Babagge, pero al cual le han integrado un lenguaje de programación derivado de el uso del Algebra Booleana, cuyo dominio son las palabras conformadas por los valores binarios 0 o 1, que puede anular a la entidad que se ha infiltrado en el ingenio diferencial instalado en Sierra Maestra. Sinceramente es muy recomendada y de verdad que felicito tanto a EricK como a los editores que han logrado un dispositivo, una llave, que abre las puertas de un reino poco explorado en la literatura ci-fi y que sin duda denota las enormes posibilidades de los sueños de vapor y engranes. Sobra decir que el trabajo de edición es impecable y el apartado de ilustración a cargo de Sebastián Cota nos transporta a ese extraño novum caribeño.

  

martes, 19 de julio de 2022

Emiliano: a un lomo de distancia (microcuento)

Christian Bale como Patrick Bateman en American Psycho

Aprendimos a tomar distancia de todo lo que nos rodea. Los análisis evidenciaban la notoria brecha entre aquel individuo y su entorno. Nada, absolutamente nada podía revertir el resultado. La directiva se reunió a primera hora para revisar el memorando y tomar una decisión, era un caso anormal y requería la mayor precisión, no podía haber salidas en falso.

Es habitual que una persona sienta una extraña conexión con sus emociones, digo extraña por que nunca se nos enseña a tomarlas en cuenta, mas bien a suprimirlas, ocultarlas en gruesas capas de hombría que a la final terminan facturando horas de psicoanalista con diagnostico reservado y una dosis que inhibe tu mente de por vida, o por lo menos lo que dure el contrato farmacéutico con la entidad prestadora de salud.

Aprendimos a tomar distancia de nosotros mismos. Las paginas del atlas de anatomía siguen su curso de colisión con la contratapa, la lección del día es tan pudorosa que la maestra se ruboriza al ver las ilustraciones del órgano de reproducción masculina. Ese dibujo, esa representación, no es más que una idealización codificada y artificial que genera una falsa expectativa al ver que los colores usados no se parecen en nada a las pieles que los habitan. El germen ha sido puesto en circulación. El conducto fibromuscular elástico aloja momentáneamente al órgano genital cargado de testosterona que tras un rítmico agite estalla en una lluvia cósmica que impulsa los espermas que producirán el milagro de la vida.

La arrítmica coreografía ejecutada por los aspirantes a atletas de competencia ponía de manifiesto el reinicio de las labores. Caía la tarde y las cornisas temían la llegada del sereno, ese viento húmedo e incomodo que se metía por las fosas nasales, produciendo incomodos estornudos que aterraban a quienes estuvieran cerca, podrían pensar que era el virus proveniente de las baticuevas de Wuhan. La pintoresca escena hizo pensar a Emiliano Buenavida sobre lo bien que lo trataba la existencia, sin embargo, sentía un enorme vacío, a pesar de tener una buena posición, un modesto apartamento de doscientos metros cuadrados, un Mustang Testarrosa firmado por Tom Selleck de la serie Magnun P.I., un yate adquirido de la producción del lobo de Wall Street y estar saliendo con la supermodelo Tania Vulnikova; algo le impedía disfrutar plenamente.

Emiliano se había graduado como abogado penalista y pertenecía al prestigioso bufet de abogados Góngora y Asociados, la primera en el ranking de la lonja de abogados de la capital. Su registro era invicto, no había perdido ningún caso; un dossier impecable, la envidia de los leguleyos de medio pelo y de los mecanógrafos callejeros que transcribían dolorosas declaraciones de amor al Departamento Administrativo Nacional. Emiliano tenía un sueño: quería ser el mejor carnicero de la ciudad. No se confundan con Patrick Bateman, él no quería ser esa clase de carnicero, no, él quería ser como Don Álvaro, dueño y servidor en su propia fama, cuya bandera roja ondeante exhibía un estampado de una vaca Zenú. Si, eso era lo que él quería cortar lomos, chatas y caderas. Ponerse el guante de mallas y rebanar costillas, sentir el chunchullo, rellenar chorizos, vivir una vida tranquila lejos de los tribunales y las tediosas reuniones de yuppies trasnochados con Jhonier Talker y Dack Janiels.

Emiliano Buenavida aprendió a tomar distancia de todo aquello que lo rodeaba, solo así podía ver realmente quien quería ser y en quien se había convertido.

lunes, 18 de julio de 2022

LA NOVENA CONCIENCIA: UNA RESEÑA DE "TODO EN TODAS PARTES AL MISMO TIEMPO"


Multiversos, realidades paralelas, doppelgangers, constelaciones familiares, sanación espiritual y otras nociones poco nombradas por aquello de mantener la cordura, han venido siendo usadas por el noveno arte manifestado en algunas películas y series de streaming. Muchos ya comienzan a hablar de un despertar de la conciencia. En la década de los años cincuenta, luego del descubrimiento del LSD-25 por el químico suizo Albert Hofmann, se inicio un cambio de paradigma promovido bajo la consigna “enciende, sintoniza, abandona” enunciada por Timothy Leary, profeta del LSD. Llegaría la era de acuario y el rock entonaba sus primeros acordes estridentes que aturdía los conservadores oídos de la posguerra, los niños se habían hecho adolescentes y encontraron en ciertos alucinógenos la llave para entrar en las puertas de la percepción que había dibujado literariamente Aldoux Huxley. Flower Power, poder floral, haz el amor y no la guerra, como una piedra rodante; aforismos que buscaban romper el molde y emancipar la mente hacia un nuevo estado de conciencia, sin embargo, el miedo coarto este impulso hasta que en 2019 un agente viral incubado en las baticuevas de Wuhan inicio un rastro de contagio que pauso al mundo por dos años.  

Quizás ya algunos comics habían puesto en escena lo de multiversos, las realidades paralelas y otras nociones del reino cuántico. Mucho antes, en 1884, Edwin Abbott publicaría Planilandia: una novela de dimensiones que inspiraría al cineasta Cristopher Nolan para desarrollar la idea de su filme Interestelar (Nolan, 2014) en la que un astronauta hará un periplo que va más allá de las dimensiones que conoce hasta alcanzar la quinta dimensión. Hace pocos días pude ver al fin “Everything is Everywhere at once” o “Todo en todas partes al mismo tiempo”, película realizada por Daniel Kwan y Daniel Scheinert, los Daniels, aborda un acercamiento a la conciencia universal al mostrar a una mujer cuya vida parece no tener sentido que todos sus fracasos han resultado éxitos en otros mundos paralelos, pero un acontecimeinto hace que esos mundos esten en conflicto, por lo cual ella deberá detectar como puede transmutar sus frustaciones y liberar todo el caos que la había aprisionado.

Si, El caos esta a la orden del día en la rutinaria vida de Evelyn Wang (Michelle Yeoh): una inmigrante china que administra una lavandería junto a su esposo Waymond (Ke Huy Quan) —quien considera su matrimonio un caso perdido—, acompañada por su hija Joy (Stephanie Hsu) —una adolescente en búsqueda de libertad— y Gong Gong (James Hong), el abuelo de la familia. Si a esto le añadimos que el negocio está a punto de ser clausurado por el Servicio de Impuestos Internos de Estados Unidos, la trama parece ser muy cruel con la protagonista. Los Daniels esgrimen esta situación decadente como el polo opuesto del camino iniciático que Evelyn deberá afrontar aun cuando no quiera: entre tantas versiones de ella encontradas en diferentes universos, convertirse en “la elegida”, es decir, en la única persona que puede devolver la estabilidad del multiverso.

El absurdo es lo más importante de la cinta, es el balance perfecto entre la seriedad de las relaciones interpersonales de la familia Wang y la extravagancia de los multiversos con su lógica irónica.  Asimismo, también funciona al momento de tocar la idea principal de la película: si nuestra vida no es importante porque el universo seguirá moviéndose a pesar de nuestros dolores, ¿acaso vale la pena seguir intentándolo? La respuesta de los Daniels es no, pero también es un sí.  

viernes, 8 de julio de 2022

Los Crimenes del Futuro / David Cronenberg (2022)

 

En la imagen Caprice (Léa Seydoux), Saúl Tenser (Viggo Mortensen) y Timlin (Kristen Stewart)

Los Crimines del Futuro, el esperado regreso del maestro del body horror David Cronenberg, nos transporta a un delirio distopico, muy burroughsiano, en el que la corporalidad ha transcendido para alcanzar un nuevo estado de conciencia libre de dolor. La cámara nos introduce a un escenario que busca encontrar el significado de vivir en un mundo sintético, que debe alimentarse de sus propios residuos industriales ante la desaparición de los alimentos naturales, donde el único dolor que no ha podido extinguirse es el de la memoria.



Una escena delirante por ejemplo nos presenta una bodega abandonada que acoge a un entusiasta grupo de espectadores que esperan ansiosos lo que parece ser la una performance quirúrgica de un bailarín con orejas en todo su cuerpo. Los espectadores alistan sus cámaras y dispositivos de filmación para registrar cada detalle del performance, incluso el bailarín ha hecho coser sus parpados en vivo y en directo para aumentar la sinestesia de su acto y moverse al compás de la vibración del lugar. Entre los asistentes se encuentra Saul Tenser (Viggo Mortensen), un creador corporal que rastrea las pistas para resolver el dilema que le arrebata el sueño y el apetito: nuevos órganos que crecen aceleradamente inhibiendo sus funciones básicas. Para Saul el cuerpo es la realidad y la cirugía como un medio para lograr sentir algo de nuevo junto a su pareja y cómplice Caprice (Léa Seydoux). La habilidad de Saúl ha despertado la curiosidad del Departamento de Registro de Órganos, cuyo director esta fascinado y sorprendido por la aparición de órganos tatuados que se han convertido en el objeto de deseo entre los mercaderes del nuevo arte corporal.  



Aquí el cuerpo ya no emite las señales de su propia degradación a través del dolor, esa desagradable sensación ha sido erradicada, lo que produce una suerte de vacío existencial que llevara a las personas a encontrar nuevas formas de sentir mediante infringirse daños a sí mismos. Saúl y Caprice conocen a Lang Dotrice, un emprendedor particular que quiere donar el cuerpo de su hijo fallecido para su siguiente performance, lo particular es que el niño tenia la capacidad de digerir plástico en su organismo. Dotrice declara que “Tenemos que empezar a alimentarnos de nuestros propios residuos industriales”, quien entiende su difunto hijo como el camino a la evolución de la especie. Esto llevara a Saúl a descender por una insondable espiral al verse involucrado de forma accidental en una investigación policiaca. De repente, su intrusión a un oscuro y peligroso sub-mundo de concursos de belleza interior, de registro de órganos, de drogas sintéticas y de performances que cruzan la línea de lo moralmente correcto, lo lleva a cuestionar sus propios ideales y a aceptar que sus extraños poderes quizá no lo convierten en un ser inferior ni menos humano que lo demás.


Sin duda alguna Cronenberg, fiel a su obsesión con la intervención corporal, recupera varios elementos de filmes como El Almuerzo Desnudo, Videodrome, Existenz y Crash; En todas ellas podemos ver las implicaciones de la corporalidad al ser impactada por el desarrollo tecnológico y los dispositivos que se crean para cada entorno. Si bien el festival de Cannes no supo entender lo que plantea el realizador canadiense, quienes seguimos su obra comprendemos lo que pretende en esta puesta en escena. Muy recomendada además por todo el diseño de producción, los efectos y la fotografía. Simplemente un deleite visual.



Editotial 138: Trascender lo humano para mejorarlo, Cyborgs y quimeras ciberneticas

¿Existe la posibilidad de que una persona pueda recuperarse luego de un incidente catastrófico? El escritor Martin Caidin se hizo esta pregu...