jueves, 26 de agosto de 2010

DE FERIAS Y REBAJAS Por: Ficciorama


En los últimos años la feria internacional del libro, evento celebrado cada año desde 1987 en Bogotá, reúne los más importantes conglomerados editoriales de Colombia y otros países, acompañado de actividades, en torno a la industria editorial latinoamericana. Sin embargo, se puede decir que la feria es solo una distinción categórica enunciada mas no cumplida, pues de feria solo tiene el nombre, mas bien deberían llamarse la librería especializada internacional, un gran catalogo editorial almacenado en 12 pabellones sin descuentos ni ofertas.

Quizás la primera agresión que comete tan magno evento es la entrada, hablamos de un evento que busca “democratizar” el acceso a la instrucción y la cultura literaria pero con el precio de la boleta ya elimina la posibilidad de salir con un libro económico, lo que conlleva a la feria alternativa que se celebra en el parque Santander cada seis meses, en donde se pueden encontrar gangas editoriales por una módica suma. Suponiendo que usted es una persona que asume este primer golpe, sigue el recorrido: pabellón de literatura infantil, universitaria, técnica, edición internacional y los de costumbre, finalizando con el pabellón de “Diseño Gráfico y Caricatura”.

Cada exhibición tiene una novedad pero a un precio que excede el valor real y adquisitivo con el que cuenta una persona de clase media, y que la clase alta –sin querer generalizar ¬– lo ve como un acto estético para adornar la mesa de visitas. Eso si uno puede encontrar obras maravillosas como las ediciones de la prestigiosa Taschen, los libro de diseño de Gustavo Gili, las novelas de editoriales como Planeta y demás, pero reitero que los precios dejan una sensación amarga y paradójica pues la cámara del libro, organismo que actúa como organizador del evento, se preocupa por los bajos índices de lectura. Deberían preocuparse mas bien por hacer asequibles los libros, ofrecer un catalogo actualizado y con títulos que despierten el interés de leer.

De cierta forma la feria solo es un eslabón en el circuito de producción y reproducción de la industria editorial global, los libros que se encuentran obedecen a los mejores vendidos, los autores de prestigio y sus trasposiciones a formatos audiovisuales como el cine y la televisión. El ideal seria poder encontrar el catalogo de un autor que sea de interés por su contenido mas no por sus apariciones en prensa y televisión, esto sin mencionar las secciones de farándula que tratan de igualar la feria con un reinado y hacer sus “recomendaciones” editoriales que, por lo general, son producto de un escritor que condiciona su trabajo a las tendencias de des-culturización masiva.

lo mas llamativo de la feria es el pabellón de Diseño Gráfico y Caricatura, un espacio que se puede ver como un enorme zoológico, en el que las especies endémicas de la fauna gráfica se dan cita para exhibir, ofrecer, deleitar y mostrar lo mejor de su talento visual a los incautos turistas. Las caricaturas son el acto central en donde la masa atónita observa como el talentoso dibujante delinea y da forma a la exageración de los rasgos faciales de una persona, por otro lado están los colectivos gráficos que engalanan el espacio con sus stickers y carteles de intención claramente política y social, que en verdad traen propuestas a la feria, quienes compiten con los distribuidores de novelas graficas e historietas, que impactan pero –lo reitero nuevamente – los precios dejan a un producto que nace en el seno de los medios masivos, sea una exclusividad de los que tienen con que comprarlo.

En definitiva, a modo de conclusión preliminar, la feria es solo un punto de encuentro social que cada vez pierde su norte, su noble cruzada, de generar una cultura en torno a la producción de libros y su apropiación en las practicas culturales propias de jóvenes, adultos y niños, para dar paso a una marcada reproducción de los ordenes sociales y lo que deberían leer para no alterar el orden natural de las cosas. La feria no es feria, es solo un muestrario museográfico que empieza a caer en un letargo del cual no se puede despertar.

3 comentarios:

Arnold Hernández dijo...

Totalmente de acuerdo Boris... por eso he dejado de visitarla, hace varios años que no voy por allá, esa situación está así desde hace mucho tiempo atrás, el asunto está en que muy pocas personas reparan en ello.

Rafael Quintero dijo...

A doliente verdad… Tras después de 6 años de asistencias truncadas en algunos casos por el factor dinero, tan solo he podido hacerme a dos libros en esta feria y por razón evidente de sus costos, miremos cuánto vale un libro en la feria y después de ella, he visto los precios de la librería francesa, editoriales como Tachen, Mc graw hill, Integral entre otras (tal vez siendo esta ultima la más económica de las anteriores) y es considerable su diferencia de precio, sin contar con que la manipulación excesiva de los asistentes (Sin querer insinuar algo), deteriora el libro en un sentido, algunas veces por dentro uno solo siente un retorcijón pero si no lo lleva a veces no hay segunda oportunidad, se evidencia un mercado más de plaza que de intelecto; recurrentemente me indicaron sobre algunos libros que estaban completamente desactualizados y a unos precios exorbitantes.

Rafael Quintero dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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