Los Cirenaicos sostenían que los
deseos se debían satisfacer inmediatamente sin importar los intereses de los demás.
Esta máxima heredada del hedonismo griego[1]
vio su máxima expresión en la revolución industrial, lo que devino en
denominado la sociedad de consumo. Las fabricas, las empresas, las
corporaciones y los conglomerados han llenado la vida de deseos compulsivos por
adquirir productos que no son necesarios y si crean una dependencia hasta
llegar a una objeto-fobia a falta de ellos. En este escenario se dieron las
condiciones para la emergencia de una nueva clase de hedonismo: la publicidad.
Este sutil, por denominarlo de algún modo, arte de convertir cropologicamente
los deseos en impulsos, la necesidad en obsesión y lo indispensable en
prioridad; ha construido y moldeado el patrón de comportamiento social del
siglo XX, en el que mas que el bienestar personal lo que importa es consumir, alcanzar la felicidad; lo que no se dan
cuenta es que es tan solo es una implantación extra-factual en nuestro cerebro
hecha por el rayo catódico, muy en sintonía con lo que plantea Philip K. Dick[2]
en Recuerdos al por mayor.
Así mismo Richard Hoggart –padre de los estudios culturales en Birmingham en
los 60 – señalo en su libro, La cultura
obrera en la sociedad de masas, que existen “personas con gran poder de
persuasión que se proponen borrar lo que sabemos de nosotros para poder obtener
beneficios de lo que aun no hemos explorado”, sobre lo cual opera entonces una
depredación cultural que hoy día alcanza cotas muy altas en lo que al consumo
se refiere. Los productores de “cultura” ven la cultura de la clase trabajadora
(es basura y les encanta) y la forma en que la ven los consumidores ( es basura
pero es lo que nos ofrecen). Para Hoggart el publicista de masas opera una
“fabrica de hacer chorizos” publicitaria y editorial cuyo propósito es producir
la sensación de que “todo lo que necesitas esta aquí”. La publicidad es una
nueva forma de encantamiento banal, una suerte de embrujo pagano.
En la misma línea Frédéric Beigbeder, escritor y crítico francés,
publicó la novela 13.99 Euros[3],
en la que expone los aspectos poco éticos del negocio de la publicidad, incluso
cita esta frase: “Soy publicista: eso es, contamino el universo. Soy el tipo
que te vende mierda. Que te hace soñar con esas cosas que nunca tendrás. En mi
profesión, nadie desea tu felicidad, por que la gente feliz no consume. Tu
sufrimiento estimula el comercio. Para crear necesidades resulta imprescindible
fomentar la envidia, el dolor, la insaciabilidad: estas son nuestras armas…Y tu
eres mi blanco. En esta edición nos proponemos hacer una mirada crítica al
consumo, la forma en que se produce y como se percibe: la falsa publicidad, los
descuentos engañosos y artilugios que hacen de nuestra vida una compleja red de
sentimientos materiales que nos alejan de nuestro cauce. En resumidas cuentas
el hedonismo, esa patología moderna provocada por la vorágine industrial, se ha
dispersado a tal punto que todos hemos caído en alguno de sus síntomas, no
muchos pueden regresar de ese limbo, algunos aun están en rehabilitación. Este
ejemplar que tienes en tus manos esta dedicado a los diseñadores, ilustradores
y demás especies amenazadas que han caído en las fauces y garras de la jauría
de publicidas del lejano norte (de la 76 hasta la 93), a ellos, quienes se
trasnocharon, perdieron peso y ganaron poco por hacer storyboards, frames y
otros deseos de estos viles y suserables chupasangre. Que Dei-Vid los tenga en
su gloria. Combata el hedonismo, no se deje tentar, tome con sumo cuidado estas
notas aquí descritas.
Att
Ficciorama, centro de
rehabilitación de New Path
[1] El hedonismo es la doctrina filosófica
basada en la búsqueda del placer y la supresión del dolor y de las angustias,
como objetivo o razón de ser de la vida
[2] Escritor de
ciencia ficción reseñado ya en los números 25, 33 y 36
[3] 13,99
euros es una novela de inspiración autobiográfica de Frédéric Beigbeder,
publicada en Francia en el 2000 por Grasset & Fasquelle y editada por Anagrama
en español en 2003 con traducción de Sergi Pàmies, donde denuncia de forma
cínica el mundo de la publicidad y la sociedad de consumo en Occidente.
1 comentario:
Me da tristeza pensar que quizá no me toque ver el colapso de este sistema asqueroso actual.
Buen texto. Saludos.
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