domingo, 20 de abril de 2025

HELLBLAZER JOYRIDE (un paseo en Coche). Escrito por Andy Diggle y dibujado por Leonardo Manco

 

El cielo y el infierno están aquí, detrás de cada pared, de cada ventana. Es un mundo tras el mundo, y nosotros estamos en medio. Ángeles y demonios no pueden entrar en nuestra dimensión. A los que lo hacen les llamo híbridos. Son los suministradores de influencia, solo pueden susurrarnos al oído. Pero una única palabra suya puede armarte de valor o convertir tu placer favorito en la peor de tus pesadillas. Tanto los esbirros del demonio como los de naturaleza angelical viven entre nosotros. Llaman a eso el equilibrio, en cambio yo le llamo hipocresía eterna

John Constantine

 

Tal como él mismo admite, John Constantine se desempeña como el tipo que se encarga de las tareas más complicadas que conllevan lidiar con entidades malignas. Este exorcista de clase trabajadora y con un estilo punk inicia esta historia en una situación precaria, atado y con el agua casi al cuello, siendo interrogado por un asesino a sueldo que ha sido enviado a acabar con su vida. Esta escena inicial sirve como el primer indicio de un complot que llevará al lector a explorar un nuevo caso de gentrificación urbana, donde fuerzas caóticas buscan demoler un antiguo conjunto habitacional.  A lo largo de los dos primeros capítulos, descubrimos que el asesino trabaja para un gangster que, tras ser encarcelado, delega sus actividades delictivas a su hija, lo cual desagrada al segundo al mando, quien conspira para eliminarla. Constantine recibe una solicitud del gánster para investigar la situación, y luego de una incursión infernal en la prisión, el gánster ordena a su mano derecha que acabe con él. Aunque la situación parece crítica para Constantine, es crucial recordar que entre sus habilidades se encuentra la de ser un embaucador astuto, cuyo ingenio lo llevará a una salida inesperada que lo enfrentará a viejas memorias no resueltas y a un adversario que persigue solo sus propios intereses.

Andy Diggle regresa a las raíces de Constantine con un enfoque que recuerda a los tiempos de Dangerous Habits.  Revive al personaje con su característico sarcasmo y su naturaleza áspera, utilizando sus trucos habituales para equilibrar los aspectos oscuros y luminosos de su vida. De igual forma, el ilustrador Leonardo Manco, conocido por su trabajo en All His Engines de Dany Carey, crea una atmósfera sombría y densa que nos transporta a los rincones más oscuros de Londres. Tras su salida, Constantine se dirige a un antiguo asilo que ahora ha sido convertido en casino, donde había estado internado en el pasado.  Su misión es clara: recuperar un objeto perdido en ese lugar durante su estancia, que podría ayudarle a manejar sus habilidades más eficazmente.  Sin embargo, regresar trae consigo recuerdos dolorosos y momentos difíciles que preferiría olvidar.  

La tercera historia presenta a una pandilla de delincuentes menores que, durante una noche de borrachera, atropellan accidentalmente a una pareja con su bebé, resultando en la muerte del niño.  El padre, en su dolor, busca justicia que jamás llega, visto que su origen humilde parece jugar en su contra.  Un día, un extraño se presenta y le ofrece la oportunidad de mudarse a un exclusivo complejo residencial, prometiendo que todo será gratuito y brindándole la posibilidad de vengarse de aquellos que causaron la muerte de su hija.  El hombre acepta y se traslada a este lujoso vecindario, donde todos muestran una amabilidad inquietante.  Poco después, los culpables comienzan a morir de maneras misteriosas, aparentemente eliminándose entre sí.  Constantine, al investigar, descubre cadáveres extraños en la vecindad de la pareja que había dejado atrás.  Estos cuerpos revelan signos de magia negra, y las pistas lo conducen de vuelta a la urbanización idealizada y al extraño que la gestiona, un individuo que claramente tiene intenciones siniestras al atraer a esa gente allí.


Como alguien que no lee Hellblazer con frecuencia, he observado que en tiempos recientes parece haber una rotación constante de escritores, siendo Leonardo Manco el único que se ha mantenido constante durante este tiempo. En términos generales, creo que su estilo encaja perfectamente con el cómic. Sus ilustraciones de los personajes tienen una calidad cinematográfica, presentando rasgos bien definidos y algunas imágenes a página completa. Sin embargo, lo que realmente me impresiona es su habilidad para representar los elementos sobrenaturales de Hellblazer. Debo reconocer su destreza para crear escenas de horror: ya sea con tentáculos que surgen de un símbolo grabado en el suelo o con un antiguo chamán de cuernos flotando en una prisión de almas, Manco logra capturar la esencia de lo sobrenatural, lo extraño y lo aterrador de manera magistral. Esto complementa la narrativa de Diggle, quien parece intencionalmente proporcionarle a Manco situaciones que realzan su talento visual. Además, otro aspecto en el que Diggle sobresale es en la representación del entorno realista que rodea a estos personajes. Me gustan sus ilustraciones de edificios, ya sea el horizonte de Londres o una antigua mansión de estilo gótico. Hay un gran nivel de detalle en su trabajo, y es un verdadero deleite tomarse un momento para admirar estas creaciones. Aunque Manco puede parecer un tanto apresurado en algunas páginas de vez en cuando, esto resalta sobre su trabajo habitual, que generalmente es mucho más cuidado.

Sin lugar a duda, aconsejo leer este arco de John Constantine, quien se encuentra en circunstancias que ningún ser humano normal se atrevería a concebir. Esta historia no solo nos conecta con lo que reside en las tuberías de la ciudad, sino que también aborda la inseguridad en las áreas urbanas y las estrategias utilizadas para continuar gentrificando la ciudad en favor de una minoría privilegiada.

miércoles, 16 de abril de 2025

Black Mirror 7ma temporada: Si el presente es distopía ¿Qué sentido tiene la ciencia ficción?


Desde que los smartphones y las tablets se apoderaron de la atención humana, emerge ese Black Mirror, ese espejo negro que refleja lo peor —y lo más inquietantemente posible— de nuestra relación con la tecnología, el poder y nosotros mismos. A lo largo de sus temporadas, la serie creada por Charlie Brooker ha pasado de ser una visión casi profética de futuros posibles, a convertirse en una antología que no solo incomoda, sino que también nos obliga a mirar de frente las preguntas que evitamos hacernos.

La recientemente estrenada séptima temporada marca un punto de inflexión: el espejo ya no solo refleja pantallas, sino también proyecta un optimismo utópico. ¿Qué pasa cuando la distopia es el presente? ¿Para que la ciencia ficción? Estas son las preguntas que cruza esta nueva entrega, en la que cada episodio explora los bordes difusos entre el sistema de salud, la creación fílmica y los recuerdos dolorosos.

Seis capítulos que tienen una duración que oscila entre 50 minutos y una hora y media, enfocados en las posibles innovaciones tecnológicas y sociales que podríamos encontrar en un futuro cercano. La trama incluye a una pareja que enfrenta serios problemas de salud y se ve obligada a abonar una suscripción premium para garantizar la vida de la mujer. También se presenta a un hombre que busca reconstruir sus recuerdos relacionados con una exnovia que recientemente ha fallecido. Además, hay un diseñador de videojuegos que ha guardado un secreto desde la década de los 90, así como una excompañera de instituto que regresa con el objetivo de acosar a quien antes la atormentaba.

Dos giros resaltan en esta nueva temporada, que es la segunda en lanzarse desde la pandemia y la quinta en Netflix; las dos temporadas originales se estrenaron en el británico Channel 4 y fueron auténticas explosiones creativas. El primero de estos giros es la introducción de una secuela directa, algo inédito hasta ahora, de un episodio anterior; a pesar de que la serie está repleta de referencias cruzadas, esta nueva entrega, más que ninguna otra, se centra en: USS Callister: Infinity, que es la continuación de USS Callister de la cuarta temporada, exhibida en 2017. Este detalle resulta intrigante porque ambas episodes son críticas al fenómeno de Star Trek, un icónico ejemplo del género de ciencia ficción y de una categoría específica de sus seguidores.

En la mayoría de los episodios, no se introduce contenido novedoso que no haya aparecido en entregas anteriores. La única excepción parece ser la loca trama sobre el acoso escolar y los universos paralelos, que se aparta de la plausibilidad tecnológica con una vuelta de tuerca característica de casi todo Black Mirror.  Esta trama se asemeja más a un inquietante juego de terror en la línea de Richard Matheson o Roald Dahl, pero con un toque contemporáneo.

Parece que esta serie gira en torno a sí misma, a veces de forma literal, reflexionando sobre las maneras de comunicar emociones auténticamente humanas en un contexto tecnológico que tiende a deshumanizar. En una era donde la inteligencia artificial, aunque superficial y en ocasiones engañosa, tiene un papel predominante, Black Mirror elige enfocarse en lo que nos distingue de los chatbots que pretenden mostrar emociones.  Eulogy, que cuenta con Paul Giamatti en el papel principal, se adentra en esta temática, sugiriendo que, más allá de los avances tecnológicos, nuestras emociones fundamentales permanecen inalteradas y que la tecnología puede ser una herramienta para expresar esos sentimientos.

El episodio sobre las facturas médicas no se presenta como algo futurista, sino como una versión de un presente aún más absurdo, donde la experiencia premium implica no tener anuncios intrusivos en tu mente para poder sobrevivir. Es una mezcla de dos relatos de Cory Doctorow: Radicalized, que parece predecir a Luigi Mangione, y Unauthorized Bread. Resulta irónico que se estrene en Netflix, una plataforma que ha sido pionera en el fenómeno de la "enshittificación" del streaming. La narrativa es desoladora, pero reconocible, y no es casual que la crítica al sistema de salud estadounidense sea encarnada por un alemán.

Desde una perspectiva creativa, se puede argumentar que el principal problema de Black Mirror en este punto es su pulido nivel de producción. En el inicio de cada relato, se introducen ciertos elementos que necesariamente se volverán relevantes al final, creando trampas mortales donde parte de la tensión radica en saber que los personajes están destinados a caer en ellas. Ha perdido la capacidad de asombro que caracterizaba a sus primeras temporadas, quizás porque la realidad ha superado a la ficción, con conceptos como las puntuaciones sociales de Nosedive, el primer episodio de la tercera temporada en 2016, que ya se siente natural. A veces, quisiéramos que lo peor que nos ofrecieran los actuales líderes del mundo fuera solo el espectáculo grotesco de verlos involucrarse en conductas extremas o ser caricaturas demagógicas.

Lo sorprendente es cómo intenta, con desesperación, replicar la magia de su capítulo más optimista, San Junípero, también de 2016. Esa historia de amor que trasciende la muerte y el software, entre dos mujeres que anhelan la nostalgia de los años ochenta, contenía un final que muchos consideraban esperanzador, mientras que otros lo veían como aterrador.  Esa visión romántica atrapada en un servidor, cuyo consumo de recursos es incierto, eventualmente se quedará sin energía y esas almas digitales también se desvanecerán en el vacío.

Black Mirror, siempre manteniendo un enfoque nihilista, proporciona críticas demoledoras sin ofrecer alternativas o incitaciones a la acción, más allá de desahogarse agrediendo verbalmente a tu compañero de prisión. En un lapso de casi quince años, ha evolucionado de un escepticismo punk a un biocosmismo y un casi religioso tecnoptimismo. Quizás la dura realidad nos agota a todos, incluida la mente creativa de Brooker y su equipo, pero su obra refleja adecuadamente la cultura actual y la ciencia ficción de nuestra era.

En un presente aterrador y sin perspectivas, desde una visión claramente burguesa y citadina —en el mundo de Black Mirror, las abejas han desaparecido, siendo reemplazadas por microdrones, una fantasía tecnológica que en 2011 resultaba irónica, y que hoy suena como una idea engañosa de Elon Musk—, la única chispa de esperanza parece ser aguardar que el apocalipsis nos sorprenda disfrutando de nuestro videojuego favorito, o que la vida digital termine siendo, de alguna manera aún no clara, superior a la analógica.

Este cambio desalentador solo nos enseña lo pueril que puede ser el cinismo, que, al desplazar el miedo hacia un realismo desencantado, realmente oculta el mismo deseo de creer en lo mágico, aunque ahora se conozca como inteligencia artificial, que puede tener cualquier persona de fe ciega. Por eso, sus objeciones a la credulidad de Star Trek resuenan profundamente, ya que claramente desearía revivir esa otra utopía fundamentada en la razón, que espera un futuro donde los humanos sean mucho más avanzados. Tal vez logren dar ese paso en la octava temporada, ofreciéndonos una ciencia ficción más sincera que la temerosa de la séptima.


Reseña de The White Lotus – Detrás del lujo, el caos también descansa en piscina infinita

 

Se abre el telón

¿Quién podría imaginar que unas vacaciones en un resort de lujo se transformarían en una serie de traumas, interacciones superficiales y delitos que ocurren lánguidamente? The White Lotus, creada por Mike White y disponible en HBO, es una obra maestra televisiva que fusiona una sátira mordaz, personajes maravillosos y despreciables, y paisajes que son a la vez hermosos e inquietantes. Cada temporada presenta una nueva ubicación, un elenco renovado y una nueva dosis de incomodidad estética que se asemeja a estar atrapado en un empalagoso aperitivo interminable con personas acaudaladas que te resultan desagradables, pero es imposible dejar de observar.

Cada temporada de The White Lotus se asemeja a sumergirse en una pecera dorada donde los peces exquisitos se atacan entre sí mientras sonríen para la cámara. La premisa es simple pero cautivadora: un resort de lujo, huéspedes privilegiados y empleados al borde del colapso, todo ello con un cadáver que se anticipa desde el primer episodio. Sin embargo, lo verdaderamente relevante no es quién muere, sino cómo todos van menguando por dentro mucho antes de que se acerquen al ataúd.

La primera temporada, ambientada en Hawái, nos transporta a un paraíso ilusorio con atardeceres impresionantes y una tensión social palpable.  La segunda temporada, que tiene lugar en Sicilia, intensifica el deseo, la sexualidad y el misterio, con villas barrocas, aguas azul profundo y una atmósfera que promete "vacaciones que terminarán mal, pero todo se siente tan bien". La tercera nos lleva a Tailandia, se caracteriza por una atmósfera más operística y dramática, con una crítica al turismo superficial y la desconexión de los visitantes con la cultura local

Cada escenario trasciende ser un simple fondo atractivo: casi cobra vida como un personaje. Hawái resuena con un mensaje de "colonialismo acompañado de spa", mientras que Sicilia está impregnada de sensualidad, secretos y una atmósfera de tragedia griega acompañada de un buen Aperol spritz, en Tailandia el telón de fondo se tiñe de un barniz más wagneriano.

Máscaras, lujos y miserias

Uno de los aspectos que eleva The White Lotus a niveles casi adictivos es su desfile de personajes extravagantes pero auténticos; sí, auténticos, porque todos hemos conocido a alguien como Tanya, Shane, Harper o Greg (ojalá que no). Mike White posee un talento casi cruel para exponer las peores facetas de las personas, haciéndonos reír mientras se desmoronan emocionalmente junto a una piscina infinita.

En cuanto a Tanya, Jennifer Coolidge se adjudica cada escena como si fuera una diosa griega desorientada enfrentando una crisis existencial, adornada con flotadores en forma de flamenco. Su actuación es una mezcla magistral de comedia y tragedia. Exhibe fragilidad, excentricidad, vulnerabilidad, egoísmo y, de alguna manera, se establece como una verdadera reina. Su evolución es casi teatral, un tipo de historia que es difícil de olvidar.

En la segunda temporada, Aubrey Plaza nos ofrece una lección maestra sobre la contención y la agresividad pasiva. Su personaje, Harper, es la reina de los gestos sutiles, el arte de la incomodidad con clase y las miradas que transmiten un mensaje claro: "desprecio todo esto".  Y no podemos olvidar al trío Di Grasso (Michael Imperioli, F. Murray Abraham y Adam DiMarco): un linaje masculino cargado de traumas familiares, deseos reprimidos y una total falta de autoconciencia.

En la tercera el elenco incluye a Michelle Monaghan, Aimee Lou Wood, Patrick Schwarzenegger, Aubrey Plaza y Natasha Rothwell, quien retoma su papel de Belinda. La temporada también presenta a nuevos personajes que exploran dinámicas familiares y relaciones complejas.

Cada uno de los personajes, sin importar lo patéticos, narcisistas o molestos que puedan ser, está tan elaboradamente diseñado que resulta casi hipnótico. Es como observar a un grupo de adinerados lidiando con sus conflictos emocionales mientras el mundo a su alrededor se consume en llamas. . . y te resulta imposible apartar la mirada.

Entre hilos dorados y nudos emocionales

The White Lotus va mucho más allá de ser solo un relato sobre ricos lamentándose en jacuzzis. Se trata de una crítica punzante, sofisticada y a menudo cómica sobre el poder, la desigualdad, el colonialismo contemporáneo, las dinámicas de clase, el turismo explotador y, por supuesto, el sexo como una forma de trueque emocional y tangible. Todo esto se sirve con una estética de revista de viajes y una tensión que te impulsa a cuestionar tu propio pasaporte y ética al mismo tiempo.

En Hawái, la serie aborda de manera cruda, aunque camuflada como comedia incómoda, la apropiación cultural y el turismo colonial. ¿Quién podría olvidar a los huéspedes que buscan "conectarse con lo auténtico" mientras ignoran a los empleados, tratándolos como si fueran parte del mobiliario? Lo sorprendente es que nunca se lo lanza directamente en la cara, sino que te presenta un reflejo de tu propia realidad. . . y te hace reír de lo mal que te ves.

La temporada ambientada en Sicilia se vuelve más personal y visceral. En este contexto, el poder se desplaza entre pasiones, billeteras y mentiras. Las relaciones son marcadas por la desconfianza, la infidelidad y el incesante juego de apariencias. La belleza del entorno contrasta drásticamente con la fealdad interna de los personajes. Es como aceptar una invitación a una cena deslumbrante, donde todos son conscientes de que al final alguien terminará llorando, pero aun así se sirven otra copa de vino.

Mike White no produce sermones, sino laberintos. Cada diálogo trivial, cada gesto y cada mirada furtiva están impregnados de significado. Y tú, como espectador, te quedas ahí, atrapado, intentando averiguar quién es el más miserable. . . y disfrutando cada instante.

Al compás de la belleza y el caos

Visualmente, The White Lotus es una fantasía. Todo está cuidado al detalle: desde las vistas de postal hasta la decoración de los resorts, cada plano parece salido de una revista de lujo… si la revista tuviera una sección de ansiedad existencial. El contraste entre la belleza del entorno y la podredumbre emocional de los personajes es tan fuerte que a veces sientes que la cámara te está juzgando.

La primera temporada juega con la luz tropical, los colores cálidos, el paraíso aparentemente perfecto. Pero hay algo en el encuadre, en cómo se mueven los personajes, que siempre te hace sentir que algo no cuadra. La segunda, en Sicilia, es más rica, más barroca, más sensual. Las tomas son casi cinematográficas, y la arquitectura antigua le da un aire de decadencia hermosa, como si todos los personajes estuvieran participando en una ópera que aún no saben que es trágica.

Y ahora... el soundtrack. Ese opening. Eso no es música, es un hechizo. La intro de la primera temporada, con sus tambores tribales desquiciados, te pone nervioso desde el primer segundo. La segunda temporada sube la apuesta con un remix etéreo-electrónico de canto lírico siciliano que suena como si una sirena drogada te estuviera advirtiendo que huyas… pero tú decides quedarte, porque el ritmo está demasiado bueno.

Cristobal Tapia de Veer (el compositor) no solo hizo una banda sonora, creó un lenguaje. La música es parte de la narrativa. Te manipula emocionalmente, te avisa que algo va a explotar… y lo hace con tanta clase que ni te importa.

A modo de conclusión

The White Lotus es una experiencia. No solo ves la serie, la sientes, la analizas, la comentas en grupo, y luego te quedas mirando al techo preguntándote si en tu próximo viaje te vas a convertir en alguno de estos personajes (spoiler: sí, probablemente en una mezcla entre Harper con resaca y Tanya al borde del colapso).

Es elegante, incómoda, hermosa, oscura, retorcida y divertidísima. Cada temporada funciona como una cápsula de locura emocional, una especie de safari humano donde los animales peligrosos no son los cocodrilos, sino los invitados de cinco estrellas. Y lo mejor de todo es que nunca sabes si estás del lado de los buenos, porque probablemente no los hay.

Mike White ha creado algo único: una serie que te hace reír, pensar y sufrir todo al mismo tiempo. Y con cada temporada se supera, lo que solo hace que la espera por la tercera (¡Tailandia!) sea una mezcla de emoción, ansiedad y ganas de empacar ya.

En resumen: The White Lotus es puro arte disfrazado de entretenimiento de lujo. Una crítica social con bronceador y vino blanco. Y sí, la recomiendo con locura. Solo no la mires esperando descansar... porque el descanso se termina en el primer minuto, justo después de ese opening infernalmente perfecto.

domingo, 30 de marzo de 2025

Reseña de McGuffin contra los Alienigenas Ancestrales de Sergi Álarez

 ¿Qué es un McGuffin? Se trata de un recurso narrativo que activa la trama de una historia, aunque su relevancia no radica en sí mismo. Funciona como un elemento de intriga que puede manifestarse como una persona, un objeto o un acontecimiento. En 1939, Hitchcock expresó sobre el macguffin: "En relatos con villanos, suele ser un collar, y en relatos de espionaje, son los documentos".  ¿Qué sucede cuando este recurso cae en las manos de Sergi Álvarez? Se transforma en una pareja de detectives que desentraña misterios paranormales, y su papel se vuelve más crucial a medida que avanza la narrativa. Ellos son Leonard y Gloria McGuffin; él es un firme creyente en ovnis y teorías conspirativas, mientras que ella es una mujer dulce, escéptica y excelente en competencias de pulsos.

El catalizador en esta nueva novela de Álvarez es un antiguo interés amoroso de Gloria, el famoso Ulrich Draniken, conocido presentador del programa Los Ancestros de las Estrellas, quien los invita a un viaje. Draniken les menciona que en un remoto lugar de Freedony han aparecido extraños círculos en los campos de trigo y luces enigmáticas, sugiriendo una posible llegada de extraterrestres. En ese preciso momento, Leonard McGuffin se disponía a leer otra novela de Sheckly Homes titulada “El caniche de Basketville”, disfrutando de un buen vaso de whisky, pero la mera mención de Draniken lo saca de su tranquilidad y así, Gloria y Leonard comienzan su odisea a regañadientes. Esto marca solo el inicio de un relato delirante lleno de humor y muchas referencias a archivos X, extraterrestres ancestrales, más influencias del cine de Edgar Wright, como Shaun of the Dead y Hot Fuzz.

Conocía el trabajo de Sergi Álvarez a través de la editorial Vestigio, gracias a Alan Smithee No Salvo el Mundo, cuyo nombre no es casual, ya que hace referencia a un seudónimo utilizado para eludir la responsabilidad por una mala película.  Esta novela gira en torno a un escritor de poca monta con un humor mordaz y una personalidad ácida que se enfrenta al apocalipsis en una sala de cine. En la sinopsis se puede leer: “Esta es la historia del fin del mundo contada por el mismo Smithee. Sin mentiras ni omisiones. La verdad sin tapujos. Además de ser un escritor pulp de éxito cuestionable, es del tipo que suele pronunciar frases como: ‘No soy racista, pero…’ o ‘No soy machista, pero…’.  Mezquino, cobarde y obsesionado con teorías de conspiración, se verá envuelto con mafias dedicadas al tráfico de criaturas fantásticas y agencias gubernamentales secretas. Experimentará persecuciones alocadas, secuestros, jugadas sucias, tiroteos y explosiones. Descubrirá que los monstruos son reales y adquirirá un adorable perrito a un precio excepcional. ” En resumen.

Regresando al tema central, los McGuffin arriban a la tranquila localidad rural de Fredony, donde se cruzan con varios personajes pintorescos, como el comisario Astra, Costello, el agricultor, y Loup Garou, el prestamista que también es el dueño del bar llamado El Lobo Aullador.  Este último está locamente enamorado de Calamity Cheescake, quien es la propietaria del Sirius, la taberna más apreciada de Freedony. Juntos, estos personajes aportan un toque vibrante y provocativo a cada etapa de este singular misterio que sin duda se ríe de las teorías acerca de los Antiguos Astronautas. La prosa de Sergi Alvarez está impregnada de sátira y humor negro, y como afirma Gloria McGuffin, transforma la narrativa y teje una intrigante trama policial que seguramente te hará reír en cada una de sus páginas. Esta obra es una impresionante recomendación para aquellos que disfrutan del misterio y la parodia.

Sergi Álvarez nació en 1975, en Suiza, en pleno mes de febrero. Decidió hacerlo en San Valentín porque es un romántico.Como guionista de cómic ha publicado las novelas gráficas Bajo la piel, Cuentas pendientes(Astiberri), historias cortas en antologías como BCN Noire (Norma) y varios cómics books. Espíritu aventurero, ha sido deshollinador, asesino de saldo, crupier en Montecarlo y es campeón imbatido de lucha en tatami jaula en su comunidad de vecinos.Vive en l’Hospitalet de Llobregat, junto a su chica y sus gatos. Si le invitas a una copa se hace el remolón, pero se la bebe.

Ha escrito las novelas cortas McGuffin contra el defecador del hoyo ocho (Orciny Press) y El silenciador(El Transbordador). Orciny Press ha publicado sus novelas: Nunca digas vodka, nunca jamás, Alan Smithee no salvó el mundo Gastronomía pangaláctica para gourmets, McGuffin contra los alienígenas ancestrales. Escribe relatos sin parar y de vez en cuando vende alguno.

sábado, 29 de marzo de 2025

Editotial 149: Nosferatu de Eggers, Una relectura que mantiene su aterrador tono expresionista

 

Entre la adaptación literaria de Drácula, escrita por Bram Stoker, y la icónica interpretación del personaje a cargo de Bela Lugosi – quien tristemente asumió su rol de manera permanente – se encuentra Nosferatu, una película muda estrenada en 1922 y dirigida por F. W. Murnau, que se inscribe dentro del movimiento artístico conocido como Expresionismo Alemán. Esta obra del cine presenta a un peculiar conde de Europa del Este, llamado Orlok, cuya existencia se ve marcada por una obsesión por un amor no correspondido. Es bien sabido que esta película es una versión no autorizada de la novela de Stoker, lo que generó descontento en el círculo familiar del autor, especialmente en su viuda, quien demandó a los productores y pidió que se destruyeran todas las copias. Sin embargo, un aviso: no todas fueron destruidas. Gracias a las reproducciones que sobrevivieron, su impacto perdura, enriqueciendo la figura del vampiro a través de la inolvidable actuación de Max Schreck, la cual sirvió de inspiración para la película La Sombra del Vampiro (2001), dirigida por E. Elías Merhige, en la que Willem Defoe interpreta a un inquietante Max Schreck que resulta ser un vampiro real.

Este año, en enero, se presenta una nueva versión de Nosferatu, dirigida por Robert Eggers, un cineasta profundamente conectado emocionalmente con la obra original de Murnau, lo que le permite crear un ambiente inquietante y escalofriante que recuerda la Alemania del siglo XIX. Eggers no copia la película, sino que reinterpreta la historia de un hombre y un vampiro que provoca el caos, aplicando su estilo distintivo en el género del horror. El resultado es una obra que, aunque elegante, no se siente forzada; es intensa pero no sobrecargada de detalles, logrando evocar una atmósfera de folklore antiguo. Aunque quizás no se esperaba una nueva adaptación de este clásico casi perfecto, no podríamos haber elegido a un mejor artista para ofrecer a esta generación gótica una nueva pesadilla.

La narrativa esencial se mantiene: Alemania, 1838. El agente inmobiliario Thomas Hutter (Nicholas Hoult) recibe un nuevo encargo de su empresa: un noble que reside en un remoto castillo en los Cárpatos desea adquirir una vivienda en un puerto local. Dado que el noble no puede viajar por su grave estado de salud – “está a un paso de la tumba”, menciona su jefe (Simon McBurney) – Hutter debe ir en su lugar. La esposa de Hutter, Ellen (Lily-Rose Depp), siente un mal presentimiento sobre este viaje y también sufre episodios que podrían estar relacionados con un espíritu que, según rumores, ella habría invocado hace años. Afortunadamente, su hermano Friedrich (Aaron Taylor-Johnson) y su esposa (Emma Corrin) se comprometen a velar por ella durante la ausencia de su marido.

No obstante, al igual que en The Witch (2015), The Lighthouse (2019) y The Northman (2021), Eggers emplea esta fascinación para enriquecer la atmósfera de su obra. Esta nueva versión del relato antiguo que trata sobre el mal que atraviesa los océanos está impregnada de una intensa atmósfera, aunque a veces uno podría preguntarse qué es lo que realmente el director quiere comunicar.  Un personaje plantea la interrogante: “¿El mal surge de nosotros mismos o proviene de fuerzas externas?”.  Aunque la película no brinda una contestación clara, la figura esquelética y amenazante que acecha a sus presas como un murciélago desprovisto de alas parece insinuar lo segundo. Skarsgård ofrece una actuación que evoca al Orlok de Schreck sin replicarlo de forma exacta, y la incorporación de un bigote al estilo de Vlad el Empalador hace que su aspecto sea aún más distintivo.

jueves, 20 de marzo de 2025

Psicovisiones y otras formas de evadir el capitalismo de la vigilancia: una reseña de DumDum, estudio de grabación de Justo Navarro (2024)

 Durante mi visita a la feria de publicaciones Revuelta Gráfica, organizada por el FCE en el Centro Cultural García Márquez, aproveché la oportunidad y explorar la sección de ciencia ficción y descubrí una obra intrigante: DumDum, estudio de grabación. Esta publicación de Anagrama, lanzada en 2024, presenta una cubierta que se destaca como una inusual excepción dentro de su línea editorial, con una textura líquida que evoca las lámparas con globos flotantes típicas de la década de 1960, y el título actúa como una especie de máscara que revela su colorido. Al revisar la contraportada, me encontré con una serie de etiquetas muy atractivas: música, Cyberpunk, noir y psicovisiones.

Una parte del texto menciona: ¿Quién es el responsable detrás del espíritu o sustancia que otorga invisibilidad, y que ha provocado tantos apagamientos voluntarios, es decir, suicidios? Esta es la investigación que realiza la agente Santos Ololquiaga, que trabaja en el Departamento de Armonización e Higienización de UniComplex, un ente que ejerce dominio sobre el mundo mediante neurochips que prometen bienestar y salud, aunque en realidad se centran en la localización, vigilancia y control sanitario-policial. El autor de esta narrativa es Justo Navarro, nacido en Granada, España, en 1953, quien obtuvo su licenciatura en Filología Románica en 1975. Conocido por su vinculación a la poesía contemporánea española, ha publicado tres libros de poesía y varias novelas, además de colaborar ocasionalmente con periódicos como El País y traducir obras de autores como Paul Auster, Jorge Luis Borges, T. S. Eliot, F. Scott Fitzgerald, Pere Gimferrer, Michael Ondaatje, Joan Perucho, Ben Rice y Virginia Woolf.

¿Qué temática aborda la novela? Más que su contenido, se centra en sus personajes, destacándose Antonio Vigo, un hombre que dirige, de manera legal, el Kontakte Dance Club en la calle Cárcel Baja, un lugar donde se puede bailar y disfrutar de música en vivo (aunque los músicos se encuentren en Hungría y Alemania).  A su vez, mantiene el Dum-Dum, un estudio-laboratorio destinado a la grabación y remezcla de psicovisiones —es decir, visiones mentales, ensoñaciones y alucinaciones sonovisuales que pueden compartirse y comercializarse. Sin embargo, de manera ilegal, se dedica a la venta de dispositivos que evitan la vigilancia y que otorgan momentáneamente invisibilidad a los ciudadanos que los emplean.

No obstante, muchos de aquellos que buscan esta invisibilidad acaban eligiendo apagarse por su cuenta (la palabra suicidio está prohibida).  Aquí es donde entra en escena la policía, o algo similar, del servicio de Armonización e Higienización, Santos Ololquiaga, quien no solo intentará esclarecer las responsabilidades de Vigo y sus cómplices (la farmacéutica Ruth Rull y el pianista Voight/Stein) en esos incidentes fatales, sino que también descubrirá las luchas de poder y sus repercusiones dentro de UniComplex, la entidad encargada del control y bienestar de los individuos.

DumDum, estudio de grabación se presenta como una historia distópica que remite a las obras de autores como Ray Bradbury, Philip K. Dick, William Gibson y George Orwell, e incorpora conceptos de obras como La era del capitalismo de vigilancia.


En ‘DumDum, estudio de grabación’, Justo Navarro reflexiona, de manera no alarmista, sobre cómo ciertas prácticas de control han comenzado a establecerse, evidenciando que son consideradas necesarias y beneficiosas por aquellos que pueblan el planeta.  Tal vez se cometa un error al referirse a ellos como ciudadanos, (como es el caso de la inserción del bioPhone en el cuerpo o de los dispositivos de limpieza que vigilan cada rincón del hogar, por ejemplo).

Asimismo, ‘DumDum, estudio de grabación’ le proporciona a Navarro la oportunidad de mofarse de los numerosos músicos que, especialmente en el ámbito de la música electrónica, utilizan una variedad de seudónimos para llevar a cabo sus múltiples iniciativas.


Justo Navarro no es un profeta, aunque gran parte de lo que describe ya se encuentra presente en nuestra realidad.  Todo esto, por supuesto, se ejecuta con la intención de garantizar el bienestar de las personas, ya que este control se establece con el objetivo de conseguir la felicidad colectiva.  Toda una distopia lisérgica en la que la escritura se presenta como una alucinación que luego se decodifica y aclara en el testimonio de la agente Ololquiaga, quien nos confirma los desvaríos de Vigo y luego se contrastan con los de el pienita Stein; esto me recordó también a la trilogía Nova de Burroughs y su experimentación del lenguaje.

Muy recomendada para quienes gustan de los experimentos de escritura y que hayan disfrutado películas como Días Extraños (Catherine Bigelow, 1995) y con la trilogía del Sprawl de William Gibson.

domingo, 16 de marzo de 2025

¿Hombres murcielago y programas de clonación humana?: Mickey 17(2025) de Bong Joon-Ho

 


¿Es posible que los actores que han interpretado a Batman puedan ser considerados para programas de clonación humana? Este planteamiento me recuerda a una película que vi en mi juventud: Multiplicity (Mis otros yo, 1996) dirigida por el difunto Harold Ramis. En este film, Michael Keaton, conocido como el Batman de Burton, da vida a Doug Kinney, un trabajador de la construcción en Los Ángeles que no logra dedicar tiempo a su familia. Durante un proyecto de renovación de un centro científico, Doug se encuentra con el Dr. Leeds, un científico que ha creado un método para clonar humanos. Al enterarse de la situación de Doug, el Dr. Leeds decide clonarlo, de modo que el clon pueda asumir sus responsabilidades laborales, permitiendo al original disfrutar de más tiempo con sus seres queridos. Al realizar la clonación, se transfieren los recuerdos de Doug, aunque esto intensifica su masculinidad de manera exagerada.

Menciono esta película a raíz del reciente estreno de Mickey 17, una comedia negra dirigida por el surcoreano Bong Joon-Ho, que se basa en la novela de Edward Ashton, "Mickey 7" (2022). A diferencia de Multiplicity, que se enmarca en una búsqueda de tiempo durante una era de capitalismo tardío, aquí se presenta a Robert Pattinson, el Batman de Reeves, interpretando a Mickey Barnes, un individuo que no tiene nada que perder y se inscribe en un trabajo donde es considerado prescindible.  Este trabajo implica enfrentar tareas peligrosas que lo llevan a la muerte, tras lo cual es clonado con sus recuerdos intactos y regresa a sus obligaciones sin ningún tipo de cuestionamiento.

Mickey 17 ofrece, sin duda, una crítica mordaz del capitalismo y la explotación laboral, todo ello en un contexto de ciencia ficción. Al igual que en Snowpiercer, esta película explora la estratificación social y las dinámicas de poder, esta vez mediante la figura de los trabajadores desechables y la arrogancia de la élite en el poder. En el elenco, Mark Ruffalo representa a un personaje que recuerda a una mezcla entre Elon Musk y Donald Trump, en la forma de Kenneth Marshall, un político fracasado, narcisista y con tendencias fascistas que busca imponer su voluntad y conquistar nuevos territorios. Toni Collette interpreta a Ylfa, la esposa tan cruel como Marshall, y Naomi Ackie se presenta como Nasha Adjaya, la pareja de todos los Mickeys.

Bong Joon-Ho logra hilar una narrativa que abarca desde ajustes de cuentas con criminales hasta complots políticos, abusos en el ámbito científico y rivalidades entre empresas, todo mientras examina el comportamiento humano ante el dilema moral y ético de superar la muerte.  Este dilema existencial lleva a Mickey a cuestionarse qué significa morir repetidamente en un mundo que castiga la diversidad. El director profundiza en estas cuestiones sociopolíticas y reflexiones ontológicas, con la actuación enigmática y melancólica de Pattinson, quien añade una carga emocional que convierte la historia en algo más profundo que una simple sátira futurista.

Para los aficionados a la filmografía de Bong Joon-Ho, Mickey 17 no alcanza el nivel de The Host, Memories of a Murder o Parasite. Sin embargo, se trata de una obra cautivadora que fusiona la sátira social con elementos absurdos relacionados con la clonación en un marco distópico. Aunque no sea su mejor trabajo, presenta una propuesta visualmente impactante y una narrativa estimulante, consolidando así su posición como un cineasta audaz y humanista del cine actual.

domingo, 16 de febrero de 2025

Editotial 148: Un paseo por la METROPOLIS de Lang

 

Diseño del artista Boris Bilinsky 1927

Un aullido ensordecedor penetra en la trémula rutina de la gran Metrópolis. Es el Anuncio para el cambio de turno, la gran máquina, el musculo, no puede parar y requiere sangre nueva. Los obreros siguen la orden con la sumisión propia de los de su clase – eso es lo que les han hecho creer – para que el orden sea perfecto y la producción no se detenga. En la superficie la clase dirigente se divierte bailando y bebiendo en exceso, nadie sospechaba lo que estaba a punto de ocurrir, una visita inesperada de los habitantes del subsuelo. Las puertas del gran ascensor se abren para revelar a un grupo de niños y a su guía María, una bella mujer de clase obrera que llama la atención de uno de los dirigentes se trata de Freder, el hijo del calculador y frio amo de metrópolis Joh Fredersen. Este flechazo entre el hijo del dirigente y la mujer será el detonante que cambiará el porvenir de la inhumana maquina urbanística.

Rotwang contempla su creacion: Futura
Al enterarse de este vínculo, Fredersen contacta con el científico Rotwang, un alquimista visionario, que ha creado un ingenio que puede cambiar el curso de los acontecimientos. Se trata de Futura, un androide (o replicante) hecha con una aleación de metal que no solo le permite sentir, también puede adoptar la forma de cualquier mujer, el plan perfecto para sustituir a la bella María y desatar un motín para destruir a la maquina y culpar a los obreros. Pero como todo plan de sabotaje tiene un fallo y esto llevara a una resolución donde el cerebro y el musculo son reconciliados por el corazón. He visitado esta ciudad un par de veces, incluso en alguna de ellas me encontré con uno de sus habitantes ilustres, el celebre Forrest J. Ackerman, que vivía en la lujosa torre Rotwang, ubicadas en el nivel Lang cerca del camino aéreo Harbou. Siempre que voy al café Géiser el dueño me cuenta esta historia, que no me canso de escuchar, por cada vez que lo hace siento algo diferente.

Miro el reloj, pronto los silbatos aullaran anunciando el cambio de turno. Miro por la ventana del local y todo se mantiene exactamente igual, hasta el aroma de la época que la produjo, aquel 1927 donde el expresionismo alemán llevaba la batuta. Dejo la propina y salgo a mi cita con Fritz Lang, es momento de ver cómo, a pesar del implacable paso del tiempo, su visión sigue siendo un referente para quienes siguen edificando el futuro, esa proyección especulativa en la que aguarda el bienestar de la humanidad. Miro nuevamente y veo la imponente torre central que vigila el paso de vehículos, aviones y dirigibles, regulando el flujo de esta maravillosa ciudad silente y desaturada cuyos contrastes siguen ejerciendo ese influjo imponente que la ha convertido en patrimonio de la humanidad.

Suban a su transporte de confianza y sin mas que decir visitemos entonces esta Metrópolis tan particular.

miércoles, 29 de enero de 2025

Y si, el agente David Lynch fallecio: un pequeño homenaje

 


David Lynch ha fallecido. Después del aviso en las redes sobre el suceso, muchos mensajes se compartieron hablando del efecto de la obra de este director de cine, de su perspectiva artística y visual del celuloide, junto con la extraña e incómoda sensación que generó cada una de sus películas. Sin duda alguna Lynch dejó en las mentes de quienes vieron por azar o fortuna alguna de sus obras, como yo, ideas únicas y raras para, como diría William Burroughs, mover el estudio realidad.

Nacido el 20 de enero de 1946 en Montana, tuvo, a diferencia de lo que se imagina sobre su vida, una niñez feliz en una familia de clase media común. Para los interesados en teorías conspirativas, este detalle puede ser fascinante: Lynch a los 15 años trabajó como organizador de sillas en la ceremonia de investidura del presidente John F. Kennedy.

Pronto sintió deseos de ser artista y fue al Corcoran School of Art en Washington D.C. mientras completaba su educación secundaria en Alexandria, Virginia. Después se inscribió en el School of the Museum of Fine Arts en Boston por un año, antes de irse a Europa junto a su amigo y compañero de arte Jack Fisk. Su intención era estudiar con el pintor del expresionismo austriaco Oskar Kokoschka (quien se convertiría en una de sus principales influencias artísticas) durante tres años. Sin embargo, Lynch volvió a los Estados Unidos después de solo 15 días.

David se enfocó en aprender en varias escuelas de arte hasta que llegó a la American Film Institute Conservatory. Allí, comenzó a filmar su primer largometraje, "Eraserhead" ("Cabeza Borradora", 1971). El productor Mel Brooks quedó impresionado con esta cinta y contrató a Lynch para dirigir en 1980, "El hombre Elefante", con Anthony Hopkins como protagonista. La película resultó ser un gran éxito en taquilla y recibió ocho nominaciones a los Oscars. Durante los años 80, consolidó su carrera, dirigiendo títulos como "Dune" (1984) y "Terciopelo Azul" (1986). Esta última fue muy querida y apreciada tanto por la crítica como por el público, y hoy se considera una de las obras maestras del cine moderno.

Los 90 comenzaron con el lanzamiento de la serie Twin Peaks, en conjunto con el productor Marc Frost. La producción rápidamente se convirtió en un verdadero fenómeno cultural a nivel global. Debido a su éxito, la serie tuvo una película precuela llamada "Twin Peaks: Fuego Camina conmigo" (1992), que tuvo una recepción mixta y fue un fracaso comercial. Dos años antes, el director tuvo éxito con "Corazón Salvaje" (1990), que, aunque ganó la Palma de Oro en Cannes, no convenció del todo al público. Durante la década de los 90, estuvo cinco años alejado del cine, enfocándose en el mundo de las series como "On the air" o "American Chronicles". En 1997 regresó con "Carretera Perdida" y dos años después con "Una historia verdadera". Estas producciones, aunque muy distintas entre sí, demostraron su buen estado creativo, el cual fue aún más evidente con el estreno de "Mulholland Drive" (2001). Protagonizada por Naomi Watts y Laura Harring, la película explora el lado oscuro detrás de esa "fábrica de sueños" llamada Hollywood. La recepción fue muy positiva y el director ganó el premio a mejor director en Cannes. Su último trabajo en el cine fue Inland Empire (2006), una historia que entrelaza diferentes niveles narrativos sin aclarar el vínculo entre ellos. Su rico universo se caracteriza por una estética surrealista y un profundo deseo de explorar el lado oscuro de la experiencia humana.


Este número es un pequeño homenaje a esas ideas que han influido en la cultura popular, un legado bien particular, único, de un visionario que se alejo de las formulas para ofrecer una percepción extrañamente acogedora.

domingo, 19 de enero de 2025

De manuscritos, legados y marcas misteriosas: una reseña de Los Hijos de la Diosa Huracan de Daína Chaviano

 


¿Cómo resumir “Los hijos de la Diosa Huracán" en un solo tipo de libro? No podría. Daína Chaviano ha construido una obra de ficción histórica, muy bien documentada, por cierto, pero que al mismo tiempo contiene un thriller, una historia de amor y hasta una aventura épica.

 

 "Los hijos de la Diosa Huracán" se desarrolla en dos períodos distintos. Por un lado, en la actualidad, conocemos a Alicia Solomón, residente en Miami, experta en criptología y documentos antiguos. Cuando era pequeña, fue encontrada en una balsa a la deriva, por lo que fue llamada “la niña milagro”, antes de ese evento ella no recuerda nada. Su vida cambia drásticamente cuando recibe el encargo de su tio Virgilio, residente en Cuba, para que descifre un manuscrito del siglo XVI. Por otro lado, nos trasladamos al año 1503 y encontramos a Juana y su padre, Jacobo, experto encuadernador. Ellos viven en España, pero deben escapar del país a causa de la envidia de Torcuano el viejo, quien busca la manera de librarse de Jacobo denunciando que pertenece al judaísmo, a pesar de ser católico converso y su viaje los llevara a Cuba, que antes se llamaba La Española.

 

Las dos historias, la del pasado y la del presente, están perfectamente conectadas. Alicia, a través del manuscrito, va descubriendo la historia de Juana, al mismo tiempo que comienza a conectar con esa memoria olvidada de su linaje y la misteriosa marca que porta. Las descripciones aportadas por Juana conectan con la cultura Taina, los nativos de la isla que, según la historia oficial, habían desaparecido. Chaviano nos relata con mucha claridad cómo era la vida en esa época, lo que hace fácil imaginarse en el siglo XVI. Personalmente, no conocía la historia de Cuba y sus pueblos indígenas, sobre todo los taínos, una tribu llena de misticismo y dioses.

 

Sin duda los personajes están muy bien desarrollados, especialmente los femeninos, Alicia y Juana. Su arco de transformación obedece a las circunstancias y las situaciones que deben afrontar, convirtiéndolas en mujeres fuertes y valientes. Leer la historia de Juana ha sido enriquecedor, este personaje es el centro de toda la trama. Su relación con los taínos me ha encantado, la autora nos obsequia una mirada a ese proceso de colonización de la isla y adicional a esto, algo que también me entusiasmó bastante fue la incorporación de La Hermandad – una suerte de tradición premasonica- y todo lo relacionado a la cultura del libro. Justamente las conexiones de esa enorme red establecida por La Hermandad, sus códigos y lenguajes, nos presenta una

 

Pongámonos en contexto con la época, siglo XVI. La iglesia católica tenía "la razón y la verdad", todo lo demás era considerado herejía. Los taínos veneraban a sus dioses y eran perseguidos por la iglesia para que abandonaran su fe o enfrentarían castigos. Aquí, Juana jugará un papel muy importante. Y en la época actual, experimentaremos un thriller junto a Alicia, donde hay una conspiración para que el legado, un manuscrito que revela el verdadero sentido del gobierno de cuba, no sea revelado. A lo largo de la novela, las vidas de Alicia y Juana estarán unidas por un vínculo invisible de cinco siglos. En cuanto a la investigación, es evidente que la autora se ha documentado muy bien, se siente el amor que tiene por su Cuba, y ha tratado con gran respeto la historia de sus pueblos indígenas y sus leyendas. Quisiera destacar la hermosa edición de Grijalbo, con tapa dura y sobrecubierta, y en el interior podemos encontrar un mapa a color de las islas caribeñas de esa época, realizado en 1763 por Giuseppe María Terreni.

 


En resumen, "Los hijos de la Diosa Huracán" es una novela histórica de aventura grandiosa, donde se muestra lo mejor y lo peor de las personas, también hay magia, amor y un poco de tensión. Todos los elementos necesarios para disfrutar de un buen libro.

sábado, 18 de enero de 2025

La pesadilla del granjero: una reflexión a diez años del estreno de Interestelar (2014) de Christopher Nolan


Es el año 2067. Las tormentas de tierra impactan seriamente las cosechas de trigo y esto hace que la agricultura sea cada vez más complicada. Joseph Cooper, antiguo piloto de la NASA, inspecciona los tractores que no siguen el patrón común de recolección y se da cuenta de que algo está sucediendo con el magnetismo que evita una correcta geolocalización – un regalo y a la vez un problema heredado por el iPhone – cuestionando también su presencia en la tierra. Cuando llega la primera tormenta, la familia Cooper tiene que salir rápidamente del partido de beisbol al que asisten con frecuencia, para ir a la granja y descubrir la primera señal enviada por “ellos”, un conjunto de símbolos en código morse que le muestran unas coordenadas ¿Qué rara tarea espera a este confundido granjero? ¿Qué le espera después de dejar ese mundo normal? ¿Será un viaje lógico o más bien emocional? A diez años de su estreno, regresa a las pantallas de cine IMAX Interestellar (2014) décima película del director Christopher Nolan. Tras varias revisiones, empiezo a notar otros detalles que llevan directamente a estas preguntas que serán respondidas, no hay duda de eso, pero ¿Qué esconde entre líneas esta historia que nos vuelve a llevar al espacio y la idea de buscar nuevos lugares por habitar?

Comienzo con una imagen común en las películas de Estados Unidos: un hombre sentado en la veranda de su casa mirando la puesta de sol mientras disfruta de una cerveza. ¿Qué estará pensando Joseph Cooper? Como espectadores, nunca lo sabremos; asumimos que está reflexionando sobre su siguiente paso. Después de encontrar las coordenadas y los libros que cayeron en la biblioteca de su hija Murphy, Cooper acepta el reto de la aventura y se entera de que aún hay un proyecto para viajar al espacio liderado por el profesor Brand, el proyecto Lázaro, una iniciativa que busca encontrar un nuevo planeta para "salvar lo que queda de la humanidad" en un acto desesperado de sobrevivir. Hay detalles que no son coincidencia, como el hecho de que hay doce rangers – vehículos para navegar en el espacio – el agujero de gusano llamado Gargantúa creado por "ellos" en la órbita de Saturno y las decisiones posteriores como ir al planeta Miller y después al de Mann, basadas en lo lógico y una tercera opción que se basa en lo emocional, que es ir al planeta de Edmunds, el verdadero mundo donde se puede vivir, para reiniciar la humanidad. Sin duda alguna una odisea espacial que lo llevara a descubrir que existen mas dimensiones de las que podemos ser conscientes y que negamos ser ayudados por entes superiores a nuestro intelecto.

En la película observamos varias escenas sobre el instinto de supervivencia: las familias buscando un nuevo hogar con lo poco que pueden llevar en sus vehículos, apoyándose en los vínculos familiares, buscando otro lugar donde quedarse, el regreso a casa del Doctor Mann; en todas estas situaciones hay una especie de individualismo que solo les hace pensar en ellos mismos y no en los demás. Lo que quiero transmitir con esto es que, más allá del impresionante escenario que nos muestra el director, hay un mensaje que activa nuestros recuerdos antiguos y está relacionado con la selección natural de Darwin: vamos a morir. Si miramos hacia atrás en nuestra evolución, podemos ver que en cada etapa el miedo a la muerte sigue presente en el inconsciente, la conservación de la vida es sin duda lo que ha llevado al ser humano a complicar su entorno y buscar nuevas formas de ser independiente y no depender del entorno que lo rodea, desconectarse completamente de la naturaleza y lograr superar esas limitaciones que hacen al ser humano una especie vulnerable, aunque su ego le diga lo contrario.

El poeta francés Paul Éluard escribió una frase que sigue siendo relevante: “Hay otros mundos, pero están en éste”. El proyecto Lázaro trazaba un plan para “salvar” a la humanidad, una idea muy idealista, pero que al llevarla a la práctica solo salvaría a un pequeño número. Este es un pensamiento que aparece en muchas películas de space opera y en historias sobre invasiones de extraterrestres. La mayor parte de las amenazas solo se muestran en Estados Unidos. ¿Qué pasa al mismo tiempo en otros lugares? Son detalles que harían más complicada la historia de la película, pero no hay que olvidar ese recurso que falta en este tipo de filmes, salvo raras excepciones como Distrito 9 (Neil Blomkamp) y El Eternauta (Oesterheld, Solano López); la mayoría de las catástrofes se centran en la percepción paranoica de un país que ha seguido una línea de pensamiento: debemos protegernos de ese enemigo que vive en lo que no conocemos y cuya comprensión podría llevarnos al desastre. ¿es necesario abandonar este mundo en costosos vehículos espaciales hacia un agujero de gusano? ¿no existen alternativas? Interrogantes que complejizan aun mas el intrincado guion escrito entre Christopher y su hermano Jonathan Nolan, en el que el argumento científico Inter dimensional encubre el aterrador miedo a morir sin haber encontrado una forma de salvación.

Ya el artista Francisco Goya predecía el desastre en aquella pintura El Sueño de la Razón produce Monstruos. Si hay algo que todavía detiene el verdadero avance de la humanidad es el apego a todo lo familiar, salir de esa zona y cruzar el límite de lo conocido lleva a tomar decisiones equivocadas. Ese es el viaje que lleva a Cooper a ser dudoso, a no reconocer realmente que nuestro mundo no solo fue formado por la inteligencia humana, ha olvidado que también existen fuerzas que nos han dado señales de varias maneras y no queremos aceptarlos, aunque estén justo delante de nosotros. Es parte de los mecanismos de supervivencia dejar de lado la intuición que proporciona la percepción y reducirla a un patrón de control, instalado de manera eficaz por la industria cultural.

A diferencia de 2001 Odisea del Espacio, filme con el que comparan la obra de Nolan, en interestelar persiste una mirada egocéntrica que sin duda semeja a la premisa del libro de Eric von Daniken Recuerdos del Futuro, en la que el teórico de los antiguos astronautas afirmna que somos nosotros mismos quienes viajamos mediante vehículos espaciales a través del tiempo para recordar e incorporar la tecnología necesaria para cada época de la historia, obviamente a su debido tiempo. Sin duda aquí el monolito se diluye por un completo complejo de mesias en el que no soportamos la idea de que habitamos una realidad limitada por la baja comprensión de nuestros sentidos biológicos. En resumen, este periplo espacial trae, en el fondo, el recuerdo de ese miedo primigenio que hasta el día de hoy persiste en nuestras células: el miedo a morir, lo que trae a colación esas recurrentes líneas del poema de Dylan Thomas No entres docil en esa buena noche

No entres dócil en esa buena noche,
La vejez debería arder y delirar al final del día;
Rabia, rabia contra el ocaso de la luz.

Los sabios, ante el fin, saben que está bien la oscuridad,
Porque sus palabras no lograron abrirla con un rayo,
No entres dócil en esa buena noche.

Hombre bueno, que lagrimea aún el brillo de la última ola
Tus frágiles andanzas danzan en una bahía verde,
Rabia, rabia contra el ocaso de la luz.

Hombre bárbaro que atrapaste el sol en vuelo y lo cantaste,
Y aprendiste muy tarde y lo fuiste lamentando en el camino,
No entres dócil en esa buena noche.

Hombre grave, cercano a la muerte, ante su cegador panorama
Cuyos ojos ciegos arden como meteoros alegres,
Rabia, rabia contra el ocaso de la luz.

Y tú, mi padre, que estás ya en la triste altura,
Maldice y bendíceme con tus lágrimas feroces, te lo ruego.
No entres dócil en esa buena noche.
Rabia, rabia contra el ocaso de la luz.

HELLBLAZER JOYRIDE (un paseo en Coche). Escrito por Andy Diggle y dibujado por Leonardo Manco

  El cielo y el infierno están aquí, detrás de cada pared, de cada ventana. Es un mundo tras el mundo, y nosotros estamos en medio. Ángeles ...