jueves, 21 de marzo de 2024

Editotial 138: Trascender lo humano para mejorarlo, Cyborgs y quimeras ciberneticas

¿Existe la posibilidad de que una persona pueda recuperarse luego de un incidente catastrófico? El escritor Martin Caidin se hizo esta pregunta y para resolverla construye a un astronauta y piloto de pruebas que se convertirá en parte de la cultura popular de la década de los años setenta: Steve Austin.

Tal vez para algunas y algunos ficcionautas este nombre no sea significativo o represente referencia alguna, para otras y otros es uno de los iconos de los enlatados televisivos, en especial por el actor que encarno a Steve: Lee Majors. Volviendo a la novela de Caidin, para aquellos años la teoría cibernética de Robert Weiner había dado frutos en la investigación protésica y la idea de un organismo biológico con partes mecánicas ya rondaba el inconsciente colectivo. Caidin se sirve de las iniciativas gubernamentales y proyecta la Oficina de Operaciones Estratégicas (O.S.O) quienes se han interesado en el trabajo del Dr. Rudy Wells en el campo de la Biónica – la aplicación de métodos y sistemas biológicos de la naturaleza aplicados al diseño de ingeniería y tecnología – en particular la sustitución de partes del cuerpo humano por prótesis mecánicas, que no solo complementan al huésped, sino que también aumentan la capacidad de respuesta otorgando habilidades extraordinarias al portador.


El Dr. Wells conocía a Austin, lo que conlleva a aceptar la invitación del director de O.S.O Oscar Goldman para intervenir al astronauta y devolverlo como un activo para el gobierno. Steve Austin deja de ser un hombre común para convertirse en un Cyborg: un ser con partes corporales orgánicas y biomecatronicas, aumentado cibernéticamente. El término fue acuñado por el científico Manfred Clynes y por el investigador y psicólogo Nathan Kline. A diferencia de un robot o un androide, el ciborg es un organismo que mejora sus capacidades mediante componentes artificiales que dependen de un feedback o retroalimentación efectiva. En otras palabras, esta obra se inscribe en el debate posthumanista, la superación del proyecto humanista, que conllevara al transhumanismo: un ser humano que pueda trascender sus limitaciones mediante la tecnología aplicada.

Steve Austin será el protagonista de una serie de novelas que empieza con Operación Nuclear (1973), Alto Cristal (1974) y Cyborg IV (1975) que luego serán llevadas al audiovisual bajo el nombre de The Six Million Dollar Man o El Hombre Nuclear. Si bien no es el primero, Austin se integra a una tradición que comienza con la falsa Maria de Metrópolis y sigue con Robocop, Darth Vader y Ava de The Machine, película de Cardon W James, en la que dentro del contexto de la guerra contra China, los científicos crean un cybrog con sentimientos y conciencia. A partir de este número comenzamos una serie dedicada a estos organismos mejorados y su impacto en la cultura y la narrativa contemporánea.

miércoles, 6 de marzo de 2024

Editotial 137: Fragmentos de un fabricante de historias olvidado / A.E. van Voght

 

¿Quién anda ahí? Ah, son ustedes, mis queridas lectoras y queridos lectores. Dispensen mis modales, estaba algo disperso y escucharles me saco de una ensoñación muy particular. ¿Cuál era esa ensoñación? Tenia que ver con un escritor canadiense de ciencia ficción, poco conocido, por cierto, pero que influyo enormemente en Philip K. Dick, uno de mis escritores favoritos. Se trata de Alfred Van Voght, responsable entre otras de novelas como El Mundo de los No-A, Slan, Las Armerías de Isher y Los Fabricantes de Armas.

La relación de Van Voght con la ciencia ficción comienza cuando lee el relato ¿Quién anda ahí? (Who goes there?) de John W. Campbell, editor de Astounding Science Fiction. Tras terminar la lectura se animo a escribir y enviar un relato para ser publicado, “Vault of the Beast”, que Campbell rechazo, pero Van Voght estaba decidido a ser escritor de ciencia ficcion. La terquedad y perseverancia le darán su primera victioria cuando en 1939 publicaran su relato “El Destructor Negro”, el inicio de la edad dorada de la ciencia ficción, este relato se integraría mas tarde a El Viaje del Beagle Espacial – sí, una oda que rinde homenaje a Darwin, pero con space opera – una obra donde no solo habrá alienígenas, también se dará espacio al científico Elliot Grosvenor para demostrar que su ciencia, el nexialismo, sea aceptada por la comunidad científica como método para resolver los problemas que irán surgiendo en el la nave.


Para sostener económicamente el hogar, trabaja para el Departamento de Defensa mientras invertía las noches en escribir su primera novela, Slan, que sería publicada a finales de 1940 en Astounding. En 1944 se muda, con su mujer, a los Estados Unidos, concretamente a Los Ángeles.

Una apreciación en el género sobre A. E. van Vogt señala que no es un creador de temas, ni un poeta como Bradbury o Sturgeon, ni tiene la intachable formación científica de Arthur C. Clarke o cultural de Isaac Asimov. Su mayor habilidad está en la capacidad de llevar a su perfecta intensidad con toques originales los planteamientos que otros se encargan de trivializar de modo promiscuo e irremediable.

Otro rasgo en sus obras es que poseen una trama argumental atractiva en la que predomina la aventura, el suspense y la intriga. van Vogt tiene el mérito de haber sido el primero en utilizar la técnica del fix-up para escribir sus novelas. Los personajes que pueblan sus novelas están bien perfilados psicológicamente, de carne y hueso y con comportamientos reales en situaciones extremas.

Tras la década de 1950, Van Vogt entró en el movimiento de la dianética, motivo por el cual pasaría los siguientes años sin escribir casi nada. Finalmente, en los años setenta, regresó a escena, escribiendo novelas, pero nunca llegó a alcanzar el éxito antaño obtenido.

Podríamos continuar, pero hay más por leer en estas páginas, así que queridas y queridos ficcionautas les invito a leer mas sobre este escritor y mantener vigente su legado, más allá de las auditorias dianeticas a las que fue expuesto.

Editotial 138: Trascender lo humano para mejorarlo, Cyborgs y quimeras ciberneticas

¿Existe la posibilidad de que una persona pueda recuperarse luego de un incidente catastrófico? El escritor Martin Caidin se hizo esta pregu...