viernes, 22 de noviembre de 2019

¿No hay alternativa?

Una reflexión que tenia entre pecho y espalda

Las recientes manifestaciones de inconformismo contra el actual gobierno abre el espacio para reflexionar sobre los aspectos que ha venido generando el modelo económico neo-liberal, no solo en Colombia, también en América Latina, frente a los designios de quienes realmente gobiernan: los conglomerados corporativos.

He leído parte de la obra de pensador Mark Fisher, parte del CCRU (Cibernetic Culture Research Unit) y una de las alternativas para transformar esta situación es lo que denomina "organizar la acción colectiva". Lastimosamente algunos medios ofrecen cubrimientos parciales que rasgan la superficie y distorsionan la cuestión de fondo para promover un estado de emergencia e introducir nuevas políticas de regulación que podrían conducir a una dictadura.

Las manifestaciones son necesarias, como en los sistemas biológicos, reaccionar ante aquello que afecta el equilibrio es algo natural. Son muchos los que quieren un verdadero cambio y lo hacen siguiendo el conducto regular: marchas, plantones, cacerolazos y otras manifestaciones artísticas. El problema comienza con el vandalismo, fomentado por minorías cuyos intereses operan fuera del bien común, en especial en las zonas periféricas del casco urbano, ocultan a la gente humilde que valientemente se opone a estos actos de cobardía.

Los saqueos están a la orden del día, el ingresar a las casas para robar, atacar los supermercados y grandes superficies; acciones que tiñen de mala fe las acciones que esta realizando la mayoria para generar una transformación y cambiar la mentalidad irascible que cae en las trampas de oso que circulan por las redes sociales.

El inconformismo no es algo nuevo, ya se venia inoculando desde tiempo atras. El actual gobierno, desde su inicio, ha comenzado una carrera por introducir una serie de reformas que privilegia a los conglomerados y perjudican a los trabajadores, estudiantes, comerciantes y gran parte de la sociedad. Es importante reconocer que se suele tener una falta de tacto y un desconocimiento de causa frente a la situación, lo que genera discusiones importantes que ayudan a comprender mejor la situación.

Desde este espacio queremos extender un fuerte abrazo a todos y todas esas personas, jóvenes, docentes, activistas, gestores culturales, colectivos artísticos; resistencia ante los violentos, ante las intimidaciones y demás mecanismos ruines que quieren marchitar y nublar las buenas intenciones de esta sociedad inconforme, que solo busca dejar a las futuras generaciones una oportunidad para perpetuar su legado.

Volviendo a la pregunta que abre esta reflexión, si hay alternativa: es deber generar un intercambio de saberes que ayuden a los diversos sectores de la sociedad a tener acceso a las mismas oportunidades y que logremos generar espacios de reflexión y conocimiento que integren el fragmentado tejido social que es quebrado por los mecanismos de intimidación y represión.

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