Desde que el literato ruso Yevgueni Zamiatin redactara Nosotros (1918) la distopia habita
nuestro imaginario colectivo. Una visión remanente vuelve cada cierto tiempo
alimentada por visiones cargadas de pesimismo sobre la cada vez aterradora idea
de futuro que nos han ofrecido las novelas, series y películas, en especial las
producidas en la gran maquina de sueños Hollywood. Zamiatin introducía en la
literatura una extrapolación de lo que ocurría en la Rusia del régimen de
Stalin: una sociedad colectivizada en la que la diferencia estaba condenada y
solo se pensaba en servir al régimen. Otros ejemplos de distopias totalitarias
nos llevan a Mundo Feliz (Brave New
World) de Aldoux Huxley, 1984 de
George Orwell y Farenheit 451 de Ray
Bradbury. Con el paso del tiempo se han sumado otras visiones como El Cuento de la Criada de Margaret Atwodd
y las sagas Maze Runner y Divergente, distopias juveniles que
beben algo del clásico de Stephen King – con su alter ego Richard Bachman – La Larga Marcha. Todas estas obras nos
hablan de regímenes totalitarios que controlan las acciones de sus integrantes
mediante técnicas de sugestión y mandamientos que de no ser obedecidos
obligaran a sus dirigentes a tomar acciones drásticas para evitar un levantamiento
social. A todo esto ¿Cómo seria una distopia que incluyera una pandemia?
¿realmente quien tomaría el control de la situación? ¿pensarían en buscar la
cura o en seguir buscando formas de controlar a la población? La serie Sikat Kafa (2021) (Hot Skull o Cráneo
Febril en Latinoamérica) estrenada recientemente en la plataforma Netflix, es
una apuesta narrativa que adapta la novela homónima escrita por el novelista
turco Afşin Kum (1972-), publicada en
2016.
¿De que va la
serie? El escenario nos lleva a un mundo donde se desato una pandemia que afecta
a la mente, un síndrome que han bautizado como “La Divagación”, una enfermedad
que se transmite por el habla y las palabras, quien se expone a ella pierde la
capacidad de sintaxis y semántica balbuceando frases carentes de sentido alguno;
en vez de usar alcohol o tapabocas la gente debe usar audífonos de seguridad
industrial para evitar escuchar a los infectados. En ese entorno conoceremos a
Murat Siyavus, un exlingüista que al parecer tiene la capacidad de tolerar la divagación
convirtiéndose en el objeto de deseo de una organización privada SMK (Salgina Mücadele
Kurumu / Agencia de Control de Epidemias) quienes están “buscando” una cura y
con esa falsa promesa se han hecho al control de la ciudad de Estambul, por
otro lado, también está un grupo de resistencia Mas Uno, que ven en Murat la respuesta para acabar con el régimen
de la SMK. En los primeros episodios vemos como Murat debe dejar su zona segura
y atender el llamado a la aventura para encontrar al científico Osgür, quien al
parecer había fallecido en un incendio provocado a su laboratorio cuando estaba
encargado del Proyecto X, una
iniciativa para encontrar la cura a la divagación. Murat conocerá a Shule, una
aguerrida chica que pertenece a Mas Uno, que
busca la manera de desenmascarar a la SMK y regresar a la normalidad. En el
camino se irán sumando otros personajes como Antón, jefe de la fuerza de
seguridad de SMK que al enterarse de la existencia de Murat también lo busca
para hallar la cura y volver con su esposa e hijo, ambos infectados con la divagación
y encerrados en una zona de cuarentena. Todos ellos estarán en la mira de Fazil,
director de la SMK, una persona con un férreo interés en mantener el poder a como
de lugar.
Sin duda una propuesta muy interesante y bien construida
narrativamente, dosificando los indicios narrativos que van completando el
rompecabezas y con varios giros inesperados que hacen que se deba poner toda la
atención a cada episodio. Recomendado de la semana.
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