Una expresión recurrente
en estos tiempos es la de “teoría conspirativa” que enmarca a esas teorías alternativas
a las oficiales que pueden dar sentido a un acontecimiento o acontecimientos, relacionados
con la política y la economía, en las cuales se vincula a las creencias
religiosas, la historia y el comportamiento social, mediados por la acción de
grupos secretos, poderosos y cuya esfera de influencia es muy alta. Por otro lado,
esta etiqueta también sirve como tono peyorativo para descalificarlas. Entre las mas difundidas esta “Los Manifiestos
de los Sabios de Sion”, el “Proyecto MK Ultra”, la “Red Echelon”, las “Torres
Gemelas”, “El Asesinato de John F. Kennedy”; entre otras. Sin duda esto ha dado
material para la producción cultural como las películas, las series y las
novelas. Algunos ejemplos son la película Dr Strangelove (1964), los X-Files (Expedientes
secretos X), El péndulo de Foucault y El Cementerio de Praga de Umberto Eco,
Men in Black (Hombre de Negro) y las novelas de Dan Brown y su ciclo de Robert
Langdon “El Código DaVinci”, “Angeles y Demonios”, “El Símbolo Perdido”, “Inferno”
y “Origen”.
“El Código
DaVinci”, publicada en 2003, se convierte en un superventas con mas de 80
millones de ejemplares y 44 traducciones, tiene como escenario el
cuestionamiento de los cimientos de la creencia católica y de ser revelados
pueden poner en riesgo el poder de la iglesia romana, en la cual el profesor de
iconografía religiosa Robert Langdon se encargará de conectar el santo grial,
los templarios y el Opus Dei. Sin duda
lo que puede llamar la atención es el tener otro punto de vista frente a la
historia que nos han contado e instalado en nuestra formación escolar, que la
hacen ver como un relato inamovible, petrificado, pero que dejan ver unas
grietas que son difíciles de ocultar. Así las cosas, recordando mis clases de
historia del colegio se no hablaba de las peripecias de Simón Bolivar y sus
tropas para liberarnos del yugo español en la famosa campaña libertadora, que
culmina en 1819 con la derrota de las fuerzas realistas en la batalla de Boyacá.
A estas alturas este relato, agrietado por cierto, me hace preguntar ¿Cuáles eran
las intenciones de Bolívar realmente al liberarnos de la corona española? ¿Cómo
obtienen los recursos Francisco de Miranda, San Martin, O’Higgins, Bolívar y
los demás libertadores para esta empresa? ¿Quiénes son los dueños de América?
Preguntas que encuentran eco en la obras del periodista, editor y escritor
Francisco Ortega “Logia” (2014), “El Verbo Kaifman”(2015) y “Andinia, la catedral
Antártica” (2016), también conocuda como la trilogía de los cesares.
Ortega reconoce que
se basa en Dan Brown, pero su intención es muy distinta y se resumen en esta
premisa: Todo lo que te han contado de la historia de Latinoamérica es falso. El
protagonista es el escritor de best Sellers Elías Miele, chileno radicado en
Los Ángeles, que es informado de la muerte del exitoso escritor Bane Barrow (la
proyección de Brown en el Ortegaverso) que estaba escribiendo sobre “La Cuarta
Carabela”. Miele, que esta en Singapur supervisando la producción de la adaptación
de “La Catedral Antártica”, comienza a indagar sobre el misterio que rodea la
muerte de Barrow y lo lleva a conectar la influencia de una organización cristiana
conocida como La Familia, The National Leadership, que creen haber sido
elegidos por Dios para reestablecer el camino espiritual del mundo; por otro lado
la logia Lautaro, una rama de la Logia de los Caballeros Racionales, fundada en
1812 por Francisco de Miranda, José de
San Martin, Manuel Belgrano, Bernardo O’Higgins y Ramon Freire; además de
reflexionar sobre los métodos y formalidades de la industria editorial.
No me había interesado
leer novelas de ficción histórica, pero la prosa de Ortega me transporto por esa
cara oculta de la historia que realmente es muy apasionante. Los capítulos cortos
hacen de la lectura algo muy ágil y sin duda la manera en que sabe insertar los
cliffhangers (final de suspense) que mantienen el ritmo trepidante del relato.
Por otro lado, a pesar de que algunos lectores lo critican, Ortega incluye unas
descripciones de los vehículos, armas y demás artilugios que a mi me parecieron
muy oportunos y que me conectan con mi alma geek - en algún momento coleccione
revistas de aviones y tanques de guerra, además de algunos modelos a escala – que
ayudan a potenciar la manera en que se imaginan las escenas. Otro aporte es el
personaje de Princess Valiant, inspirada en Lisbeth Salander, hacker de la
novela “Los Hombres que No Amaban a Las Mujeres” de Stieg Larsson, que acompaña
a Miele a descifrar las claves encriptadas y resolver así esta trama que, como
lo reitero, ayuda a comprender lo que está detrás de la empresa libertadora y
el cuestionamiento de nuestro sistema de creencias. Sin duda recomiendo muchísimo
“Logia”(2014) y “Andinia, la catedral antártica”(2016) esta lectura que, además
de entretenida, tiene unas conexiones bien interesantes con la cultura popular,
en especial la mejor descripción del verdadero origen de Superman.
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