Han pasado tres años desde que publique este manifiesto
fanzine. Sin duda han pasado muchas cosas que motivan a revisar lo que se escribió
en aquel entonces, solo para saber que se mantiene y que no en el contexto de
la autopublicación, los editores y creadores, y claro los lectores y lectoras,
quienes finalmente tienen la última palabra. Como recordaran la palabra fanzine, un acrónimo o conjunción de
dos palabras, se ha interpretado como rotulo en el que se han clasificado todo
producto editorial mutante, logrado así emerger del underground
para circular en una especie de Overground,
alcanzando y colonizando nuevos espacios que lo han recibido con buenos ánimos.
Tanta visibilidad puede ser, inevitablemente, un doble riesgo en la medida de
lo que pueda perder su espíritu, su apuesta reaccionaria y, de igual manera,
sus posibilidades de expresión gráfica. El interés sobre los fanzines se ha
incrementado considerablemente, en especial por aquellos cuya formación académica
los aísla y distancia de alcanzar su propia forma de expresión, tal vez el
ethos del hágalo usted mismo, las
posibilidades economizas que puede brindar, el reconocimiento que puede
provocar o incluso sus alcances y formas de producción autónomas; han seducido
a jóvenes y veteranos a sostener su espiritu. Sin embargo, tanta oferta puede
conducir a una crisis de forma y contenido. Los maestros acostumbran a castigar
ese acto epifanico, dar por sentado nueva ortodoxia que obligue a renovar los
votos situacionzotas que tanto bien le hicieron a estas publicaciones en la
Inglaterra Tatcherista. Propongo, complementando los puntos ya trazados, que
siguen siendo debatibles por supuesto, continuar la reflexión y el
cuestionamiento sobre la naturaleza de los fanzines en un momento donde los memes[1],
los fake news[2]
y los youtubers[3]
han colonizado agresivamente el espacio visual de las nubiles mentes sedientas
de modelos a seguir, asi estos no sean avalados por los criterios
tradicionales. Sin mas preámbulos expongo (de nuevo) mis puntos.
21) El fanzine debe responder a unas condiciones de producción propias de su
momento. Hoy día las facilidades brindadas por los software libres, los
programas de autoedición y la amplia cobertura de Internet; redefinen
formalmente al fanzine, esto a su vez establece la directriz con el que será
escrito y producido, pensando en un publico lector mas inmediatista. Si bien
hay fanzines ilustrados, sea que manejan una línea temática o simplemente sea
una manera de mostrar aquello que solo veían sus familiares y uno que otro
amigo, los fanzines no siempre se originan como una reacción o reclamación, mas
bien parten de una auto-complacencia, bajo una mirada subjetiva de la realidad,
que posiblemente conecte con otras personas. Recuerden que esto no se trata de
dogmatizar o crear unos principios de regulación, se trata mas bien de
cuestionar la naturaleza de los zines en un momento en el que la marginalidad
se ha diluido.
22) Si eres un neófito en este
medio, es deber el hacer un reconocimiento del terreno. Los fanzines son un
fenomeno que atañe a las ciudades industrializadas, en nuestro caso lugares
como Bogotá, Calí, Medellin, Armenia, Barranquilla, Buacaramanga y Cartagena
han desarrollado importantes aportes a este medio. Pero antes de todo ello recomiendo
el trabajo de realizadores como Rafael Uzcategui en Venezuela; Marcelo Arroyave
y Luis Fernando Medina en Calí; el colectivo ExCusado, Colombian Trash, espacio
101 Abisal, colectivo Etcetera, Lease después de Medianoche, y librerías como
la Valija de Fuego, al igual de eventos
como Imagen Palabra en Bogotá; Colectivo Robot en Medellín; Larva en Armenia;
entre otros, han establecido diálogos, miradas y definiciones sobre el fanzine.
Estas conversaciones versan sobre los aspectos formales: técnicas de
producción, de financiamiento y de circulación. El camino abonado por todos
ellos es la base para entender la dimensión cultural y los alcances de este
modelo de producción que articula el periodismo, el diseño, la ilustración y
una intención frente al lector del mismo.
33) Es un error pensar que la condición esencial del fanzine es la
precariedad en su forma. Es decir, se considera fanzine si esta “mal hecho”,
fotocopiado en baja resolución y con errores ortográficos. Al paso de la
sofisticación de la tecnología es inevitable que esto no se parte del proceso
del fanzine mismo. Hoy día tratan de ser mas agradables al ojo, pero sin perder
de vista su intencionalidad. De igual manera sus contenidos responden mas a una
necesidad expresiva que no esta alineada con las agendas culturales dominantes,
manteniéndose al margen de la tendencia de consumo reinante. Los fanzines
representan una singularidad, cuyos quiebres formales pueden reevaluar las
normas convencionales del diseño mismo. Sin embargo ahí también reside su
potencial debilidad, en la medida que como lo señalo el filosofo español José
Luís López Aranguren “Lo que hoy es una herejía se suele convertir en la
ortodoxia de mañana”. Es menester del fanzine sostener sus lineamientos frente
a los alcances de esa ortodoxia.
44) Complementando el punto anterior, tal como lo señala el buen maese Luis
Fernando Medina, se puede dar lo contrario. Esto es: personas que hablan del
fanzine de calidad solo refiriéndose
exclusivamente al material (buen papel) y a procesos editoriales cuidados lo que ha llevado a una especie
de gentrificación[4]
del fanzine donde los que son considerados buenos son los que tienen estas
propiedades, que obviamente son mas caros (y por lo tanto producidos por élites
artísticas que se han volcado al fanzine). Es probable que en alguna galería o
muestra artística se haya puesto una pieza de tal índole y no falta el exótico
que la adquiere, lo que estimula una suerte de especulación sobre este noble
objeto
55) Acorde a lo anterior se puede afirmar entonces que el fanzine, mas allá
de su forma, es una condición de posibilidad que debe funcionar no solo como un
complemento a las revistas comerciales. El objetivo del fanzine es, ademas de
educar, agitar, reprochar, reclamar y discutir esos temas que no tienen cabida
en las agendas oficiales, esas falacias edulcoradas que interesan a unos
cuantos que no son habituales en las secciones faranduleras. Sin embargo no
esta exento de convertirse en lo que cuestionan. Es mas un asunto de mantener
un compromiso con las ideas que se exponen y su posición ante todo.
66) Ciertamente el hacer fanzines no responde del todo al libre albedrío
como piensan algunos. Si bien aparentan un descuido estratégico, al revisar mas
a fondo se puede detectar que nada esta puesto al azar, hay o debería haber una
intención bien fundamentada, no es poner lo que sea, como sea y cuando sea.
Cada elemento dispuesto en un fanzine es producto de una reflexión, una mirada
crítica sobre los fenómenos de la cotidianidad que representa, por ende cada
palabra, dibujo, frase, fotografía, recorte, slogan y demás elementos que
intervengan, guarda una intencionalidad explicita frente al lector o lectora
del fanzine. Por lo general la mayoría de contenidos parte de experiencias
personales producto de vivencias y formas de consumo que se van sedimentando en
lo que Bourdieu denomina el habitus o
todos esos aspectos sociales y culturales que nos rodean desde nuestra
infancia. Como resultado de todo esto esos residuos culturales sedimentados
establecen unos criterios operativos frente a lo que se dispone en cada página
del fanzine.
77) Muchos asocian la palabra o termino fanzine
con pasquín o panfleto. Para dilucidar este asunto se debe mirar a la luz de sus
notables diferencias y condiciones de emergencia. Tanto el pasquín como el
panfleto pertenecen a esa estirpe contestataria que reclama al poder, la
ideología y la política, desde el anonimato, en tanto voces emergentes el
inconformismo social reinante, sin mas anhelo que hundir el dedo en la
yaga. El fanzine en cambio
no parte de esa condición declamatoria, por el contario surge del amor o la
pasión por algo que no todos comparten. En ultimas es una mirada marcada por
una subjetividad que parte de una extracción de las particularidades de alguien
que suele ser experimentada por otros igualmente.
8 8) Es pertinente considerar estos cuestionamientos: ¿Qué consideraciones
debe tener la arquitectura del fanzine
frente a los modelos que se presentan como tal? ¿la terminología empleada en su
construcción si da cuenta de su intencionalidad o, por el contrario, nubla su
potencia? ¿qué se expresa y que no se expresa acerca del fanzine en los
distintos ámbitos que lo discuten? No basta con nombrar la cosa, es necesario
nutrirla. La mayoría de definiciones parten de su etimología: fanatic magazines, publicaciones
aficionadas. El aficionado (amateur) es alguien que no siempre tiene la pericia
de un profesional, pero ama lo que hace, lo hace con un gusto muy personal. El
gusto es una construcción personal e histórica de cada persona, por ende no
todos tenemos el mismo gusto en razón a las variables que lo determinan: imágenes,
medios a los que accede, la formación visual; entre otros. Un fanzine debe nacer
del gusto, del amor y la pasión por un tema que ha dejado de ser popular. Este
impulso no debe desorientarse en los laberintos de la tendencia, es preciso
recuperar el hilo para no perdernos en sus truculentos pasajes.
[1]
La palabra meme hace
referencia a ideas, comportamientos o estilos que se extienden
culturalmente entre personas. Fue acuñada por Richard Dawkings
en su libro “El gen egoísta”. Es un derivado del griego “mimema” que hace
referencia a lo que es imitado.
[2]
El Diccionario
Cambridge define a las fake news como
«historias falsas que parecen ser
noticias, difundidas en Internet o usando otros medios, generalmente creadas
para influir en las opiniones políticas o como una broma», agregando un
comentario respecto de la preocupación existente en cuanto al poder de las fake news de afectar resultados
electorales. El diccionario Collins las define como “información falsa, a menudo sensacional,
diseminada bajo la apariencia informes de noticias”
[3]
Espécimen viral que,
mediante un equipo de video básico, habla de temas banales, edulcorados con
retos carentes de sentido y con un lenguaje coloquial y en ocasiones
rimbombante y alambicado.
[4]
Gentrificación es una
adaptación adecuada al español del término inglés gentrification, con el que se alude al proceso mediante el cual la población original de un
sector o barrio, generalmente céntrico y popular, es progresivamente desplazada
por otra de un nivel adquisitivo mayor.
La
palabra inglesa gentrification deriva
del sustantivo gentry (‘alta
burguesía, pequeña aristocracia, familia bien o gente de bien’). Se trata de un
término que también se ha adaptado al francés (gentrification), al alemán (Gentrifizierung) y al portugués (gentrificação).
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