Ilustracion de Alberto Breccia / Dracula, Dracul, Vlad, Bah |
El diagnostico no es alentador. El paciente ingreso a
urgencias con un cuadro de anemia ferrosa. Su palidez habitual contrastaba con
las sabanas y cortinas de bioseguridad puestas en la habitación. Recibió más de
una treintena de trasfusiones y su organismo las rechaza. Los exámenes arrojan
cifras lamentables en la producción de glóbulos rojos. Es probable que todo
tenga que ver con su baja credibilidad, ya nadie cree en vampiros. En sus
inicios, en la región de los Cárpatos, su influencia en los pueblerinos de Hungría
le daba la fuerza necesaria para ser conocido, pero esto no le basto, quería probar
las mieles de la popularidad, tener un lugar entre los ilustres que infundieron
el miedo e instalaron la creencia de su inmortalidad.
Obsesionado con hacer parte de las ficciones del nuevo siglo,
firmo un pacto que le haría popular. Podía ser conjurado por la pluma de sus
creyentes y detractores, aparecer en múltiples medios y plataformas,
convertirse en una celebridad y que su nombre fuese recordado hasta el fin de
los tiempos; pero el costo sería alto: su esencia como criatura de la noche se iría
diluyendo hasta perderse en las dunas de la ficción.
Recuerdo que esta alianza comenzó con El Vampiro, escrito por John William Polidori en 1816, aquel año
sin verano en Ginebra, en el que nos presentaba a Lord Ruthven, un hombre de misterioso
origen proveniente de la Europa central que busca hacerse a un lugar en la
nobleza de Londres. Es entonces cuando Ruthven conoce a Aubrey, quien queda
impactado con el enigmático lord al que luego intenta desenmascarar y revelar
su esencia: un no muerto que se alimenta de la sangre de los vivos. Otros,
motivados por Polidori, decidieron conjurarlo dotándolo de diversas habilidades
y dones sobrenaturales, en especial de seducción, control e influencia en las
personas.
Bram Stoker, Sheridan Le Fanou, Guy de Maupassant, Horacio
Quiroga, Richard Matheson, Colin Wilson, Anne Rice y Stephen King; entre otros,
han revisitado a esta criatura de los Cárpatos y sus alter egos para tratar de
revivir, ya sea inyectando más sangre o con reanimación cardio-vascular, la
esencia del vampiro y seguir perpetuando su legado. La cuestión es que, así
como vive el vampiro también vive su cazador, la estirpe de Van Helsing también
ha encontrado nuevos seguidores en el salvador de la humanidad, Jesucristo, que
decidió cazarlos. O al mítico
luchador El Santo que enfrentó a sus doncellas vampiro, que por cuestión de
check-in llegaron a México y no a Nueva Orleans. Ni que decir de los cazadores de
Vampiros que se toparon con su estirpe marciana.
En esta entrega hablaremos del vampiro como metáfora que
argumenta el funcionamiento del sistema económico, también como protagonista de
historias ciberpunk y de haber sido parte de una iniciativa del Führer para crear
un ejército de vampiros con el Vampyr
Sturm. ¿Fue un error haber aceptado ese trato? ¿realmente beneficio todo
este esfuerzo al mito del vampiro? O por el contrario ¿el mito del vampiro
asiste a su desaparición sustituido por otros mitos modernos como slenderman o
el chupacabras? Preguntas que solo nos dejan en la incertidumbre, pero, como toda
ficción, el vampiro nos seguirá acompañando así ya no le tema a la luz del sol,
al ajo y ya pueda ver su diseño de sonrisa en el espejo.
Att
Ficciorama / Octubre de 2020
1 comentario:
Excelente editorial. Espero leerle pronto.
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