En su reciente obra, Si estás
leyendo esto (Fondo de Cultura Económica, 2025), Kike Ferrari reafirma su
posición como una de las voces más dinámicas y versátiles de la narrativa
contemporánea en Argentina. Famoso por sus historias que abordan el crimen y la
violencia social, en esta ocasión se aventura en un enfoque diferente: crea un
artefacto literario que fusiona el género policial, la fantasía, el western y
hasta el ensayo tácito, rindiendo un homenaje sutil a Borges y a la rica
tradición literaria argentina.
La historia comienza con un
misterio cautivador: en los sótanos de la Biblioteca Nacional, dos personajes
se embarcan en la búsqueda de un objeto legendario, un revólver que
supuestamente Borges pensó en usar para suicidarse en los años 30. A partir de
este punto inicial, la novela se transforma en una travesía repleta de pistas,
manuscritos, notas al margen y alusiones que varían desde el policial clásico
hasta la narrativa más experimental.
Uno de los aspectos más
destacados de este libro es su estructura híbrida. Ferrari se muestra audaz al
mezclar diferentes registros y estilos, haciendo que la lectura transite entre
géneros como si visitara distintas paradas en un recorrido. El género policial
inyecta una atmósfera de tensión en la investigación, el western introduce un
sentido de confrontación y de frontera, el horror se insinúa en los recovecos
de la indagación, y lo fantástico irrumpe en destellos que desestabilizan
cualquier intento de certeza. Todo esto se sostiene gracias a una prosa
dinámica, que en ocasiones es irónica y siempre alerta a la musicalidad del
idioma.
A pesar de su ambición, esta
propuesta no está exenta de desafíos. Los lectores que no estén familiarizados
con el canon de la literatura argentina podrían encontrar algunas referencias
demasiado enigmáticas, y en ciertos momentos la narración se permite
digresiones que pueden frenar la tensión de la trama. No obstante, incluso
estos desvíos refuerzan la idea de que esta obra no es un texto para consumir
de manera apresurada, sino una invitación que requiere paciencia, curiosidad y
complicidad.
En lo personal, lo que más me
impresionó fue la sensación de que el libro actúa como un mapa de caminos
ocultos: cada capítulo abre una nueva entrada hacia otras tradiciones, otros
géneros y otras formas de concebir la literatura. Se trata de algo más que
resolver un enigma; es una invitación a vivir la lectura como una búsqueda
interminable.
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