Imagen extraida del cómic Gran Hotel Abismo de Marcos Prior y David Rubin / Astiberri 2017 |
Una alerta señala que han subido lo que promete ser el final
de temporada de una de las fabulas mas longevas que ha nutrido la imaginación
de una gran audiencia. Mas de tres generaciones siguen de cerca cada episodio,
cuyos ganchos narrativos son cada vez mas inciertos. Una plataforma de
streaming alojada en un servidor pirata ucraniano se encarga de viralizar la
señal para que mas de siete mil millones de espectadores vean esta epifanía
producida con un escaso presupuesto.
Aparece el cabezote con una tipografía intervenida, rasgada y con
indices de oxidación, compuesta de manera trasgresora: El Futuro.
Tras la transición a negro la cámara enfoca a un encapuchado corriendo a
toda marcha para lanzar su flamígero coctel molotov contra la fachada de un
centro comercial. La multitud iracunda aplaude y vitorea el acontecimiento y
contempla, como si se tratara de un espectáculo pirotécnico, la explosión. Los
saqueos no se hacen esperar. Los marchantes lanzan arengas incendiarias a los
incompetentes funcionarios estatales. La fuerza de represión espera la orden
directa desde el estado mayor, no saben que hacer. El comité presidencial tampoco
ofrece alternativas mas que evadir el estado de emergencia y continuar tomando
sus whiskys, actuando como si no pasara nada. El ejecutivo esta acorralado. Transición
a negro y aparecen los créditos, se anuncia la cancelación, lenta por cierto,
de la siguiente temporada, ya no habrá mas episodios de “El Futuro”.
Podría ser un fragmento de una novela distópica escrita al
mejor estilo de un Orwell o un Huxley algo avinagrado con ciertos dejos de
fatalismo progresista, pero no esto ya esta sucediendo, el futuro ya esta aquí,
la única certeza es el presente, el mañana ya ha dejado de existir. Durante
este año circularon memes, gifs y fotos virales extraídas del clásico film que
marco la pauta de la ciencia ficción cinematográfica Blade Runner. ¿por qué
esta película en particular? La razón es muy sencilla: la accion se situaba en
noviembre de 2019. Para su estreno de 1982 los computadores aun estaban a medio
camino de su desarrollo, los arcades y los juegos de video comenzaban su
carrera, el neón invadía las calles iluminando las pomposas chaquetas con
patrones geométricos y tonos pastel. Los espectadores salieron con sus mentes bombardeadas
por las imágenes de replicantes, autos voladores, colonias en Marte, ingeniería
genética callejera, videollamadas y otras maravillas que llegarían en 2019.
Han pasado 37 años y no hay autos voladores, ni replicantes,
ni mucho menos hay ingeniería genética callejera. Tenemos videollamadas,
contaminación, sobrepoblación, Internet y un cargamento de fantasías sobre la
clase creativa, la autonomía intelectual y predicciones tecno-futuristas retro.
El futuro no importa, el presente es ahora y debe ser disfrutado como si fuese
el último que viviéramos. Como le
sucede al fotógrafo del cuento de William Gibson “El Continuo Gernsback”, estamos viviendo una etapa cultural que
anhela un furturo que nunca llego, viven inmersos en los efectos de lo que
llaman hauntología, concepto tomado de Derrida y potenciado por el recientemente
fallecido Mark Fisher. Fisher expreso alguna vez, conversando con Bifo Berardi
que nos enfrentamos a “la lenta cancelación del futuro”, esto a consecuencia de
la expansión agresiva del neoliberalismo desde finales de los 70, con un
planeta sobreexplotado, desigualdad y la precariedad de la vida cotidiana, el
anacronismo acelerado y el movimiento hedonista que hace del presente el único
destino posible.
En este escenario solo nos queda preguntar ¿cómo recuperar
esos futuros perdidos? Y de ser así ¿hay alguna posibilidad de alcanzarlos?
1 comentario:
En verdad crees que no hay replicantes?
Publicar un comentario