Tienes 94 años, tu existencia
esta desprovista de preocupaciones, tienes un buen puesto de trabajo, tu salud
es la mejor, pero, has perdido la noción del placer, la aventura y el fuego
sagrado. Al ver de nuevo a uno de tus mejores amigos, que esta a punto de
morir, sientes de nuevo esa sensación de inconformidad. Entonces visitas a tu
consejero medico y el te dice que hay un procedimiento para rejuvenecer ¿Si
tuvieras esa posibilidad, sabiendo que pones en riesgo tu identidad y tus
posesiones, lo harías? Mia Ziemann, una exitosa medico-economista que, tras sus
94 años de vida en el sistema gerontocrata, decide dejarlo todo atrás: su
organizada vida en la cúspide, por ir en la búsqueda del fuego sagrado. Esta es la premisa con la cual el gran escritor y
activista tecnológico Bruce Sterling nos introduce al mundo de El Fuego Sagrado (1996).
Sterling plasma un paisaje en el
que el presente y el futuro, muy cercanos, se entrecruzan en el 2096. Para ese entonces los jóvenes, quienes
viven como marginados sociales buscando sobrevivir de lo que puedan, contrasta
con los ancianos, gracias a su poder adquisitivo pueden tener diversos
implantes y procedimientos para extender sus años de vida – el poshumanismo – y
así mantenerse en el poder (similar a los políticos), pero a un alto precio: han
perdido el Fuego Sagrado (la
creatividad), lo que les impide alcanzar el placer y el sentido de la aventura
que poseen los jóvenes. Como ya lo mencione, Mia Ziemann visita a su ex-amante
y amigo Martin Warshaw, un hombre que ya va a morir tras 96 años de vida. Mia
nota que ha perdido la noción de si y sus mejores recuerdos, lo que la impulsa
a someterse a ese procedimiento, sugerido por su consejero medico, que la puede
hacer joven de nuevo. Al despertar del procedimiento ella ya no es la misma,
Mia Ziemann ahora es un residuo en el inconciente de Maya, una fugitiva que
busca alcanzar la satisfacción espiritual en la revelación erótica y obtener
ese misterioso fuego sagrado de la
experiencia creativa. No hay que olvidar que Warshaw le obsequia a Mia un
Palacio Mental, que guarda la clave para encontrar el fuego sagrado.
Agradezco mucho la recomendación
de mi amigo Felipe López, librero experto en Sterling, quien me sugirió esta
obra. De lo poco que he leído de Sterling es realmente un poderoso relato que
cuestiona el ámbito de la creación y el mejoramiento humano, en especial las
reflexiones que plantea en torno al lenguaje del futuro, los modos de vida,
tanto de los ancianos como el de los jóvenes, y las dinámicas cotidianas en las
que el arte se ha convertido en un subterfugio, un mundo clandestino, invisible
ante los ojos de los ancianos. El
tono planteado por Sterling es exigente, su redacción es altamente descriptiva
y permite sentir adecuadamente las atmósferas, sobre todo cuando están los
cambios de personalidad de Mia (de una línea a otra se siente el borrón) y los
personajes desarrollados. Muy recomendada.
1 comentario:
Buen recomendado.
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