En 1962 se publicaría uno de las ucronías mas recordadas del
genial poeta de los ácidos – el Dickens de la ciencia ficción – Philip K. Dick The Man in The High Castle. La premisa
resulta de la pregunta ¿qué pasaría si Alemania y Japón hubiesen ganado la guerra?
El resultado es un mundo dividido en facciones alemanas y japonesas, la costa
este de estados unidos es potestad del gran imperio alemán, mientas que la
costa oeste es del imperio del sol naciente.
Hace unos cuantos meses me tope con Estados Unidos de Japón, obra del escritor asiático-americano Peter
Tieryas, su obra versa sobre sus intereses en el sueño americano, el conflicto
identitario en futuros distópicos y las relaciones afectivas en medio de la colisión
cultural. En la tirilla de promoción
señalaba “la secuela espiritual de The
Man in the High Castle”, al ver esto la compre inmediatamente. Sin duda,
como lo explica al final Tieryas en sus acrecimientos, debe mucho a los
cimientos dickeanos y toda la obra que consulto para lograr la novela.
Sin entrar en detalles, propios de la hermandad de los
spoilers, solo diré que Tieryas logra evocar una atmosfera convincente en la
que, de principio a fin, te mantendrá enganchado al libro. Su estructura
narrativa es muy sólida y sus personajes son muy profundos en especial Ben
Ishimura y la detective asignada de la policía de Tokio Akiko Tsukino, a pesar
de seguir un patrón de conducta según su posición, estas se ven alteradas por
giros narrativos que los hacen mas convincentes. Esto unido a la atmosfera de
una San Diego con Robots al mejor estilo Pacific Rim, grupos insurgentes que
circulan videojuegos virales con realidades paralelas y muchas referencias a la
cultura anime.
Una novela muy recomendada para estos días, muy buen
contenido, buenos personajes, mucha acción, videojuegos y sobre todo indicios
que te harán sospechar de cada paso que avanzas en la novela. Interesante
manejo del tiempo (se abordan tres etapas 1948, 1960 y 1988) que permiten ir
hilando las subtramas que culminan en un cierre inesperadamente sorprendente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario