domingo, 28 de mayo de 2017

EDITOTIAL 71


En la edición 48 escribí algunas líneas sobre William Gibson -el padre del cyberpunk - y su novela Neuromante (1984), obra seminal que visibiliza este subgénero de la ciencia ficción . Al indagar por los aspectos que dieron forma a la obra de Gibson, me surgió, repentinamente, el siguiente interrogante: ¿cual será el devenir de la ciencia ficción latinoamericana en estos tiempos de inmediatez y obsolescencia? El cyberpunk aparece como resultado de las tensiones sociales, culturales y tecnológicas de la década del ochenta. Con la publicación de "La Condición Posmoderna" de Jean Francois Lyotard y “El Shock del Futuro” de Alvin Topfler, el desarrollo de los primeros computadores personales, las investigaciones sobre inteligencia artificial y el auge corporativo japonés que inundaba el mercado con televisores, walkmans, vhs y otras maravillas tecnológicas; se fueron sumando para establecer ese ecosistema que incubaría al Cyberpunk. En ese ecosistema un puñado de escritores tomaron el valor para declarar al mundo un modo de ver el desierto de la realidad, la condición humana y el poshumanismo

Si bien el cyberpunk significo un fulminante destello revolucionario frente a la anquilosada ciencia ficción, en Latinoamérica su influencia daría pie a un conjunto de obras y autores aguerridos que tomarían en préstamo algunos de sus elementos y los combinarían con  las problemáticas propias del sur del continente: desigualdad social, insurgencia, protestas, concesiones, explotación minera; entre otros. En breve periplo literario se encuentran obras como  "Guerrilleros: una salida al mar para Bolivia" en la que el escritor argentino Rubén Mira nos adentra al uso de microchips, ingenios tecnológicos, cocaleros y corporaciones que luchan por acaparar el control del agua y la energía. también el genial Edmundo Paz Soldán con sus obras sueños digitales y el delirio de Turing, en la que nos da un Tour por una Bolivia con tecnología de primer mundo funcionando en un entorno precario y conflictivo de dictadores, hackers y espías. 

Finalizando este rápido periplo no estaría completo sin la reciente revelación del ilustre diseñador gráfico y comunicador visual Jorge Baradit – un visionario chaman de la palabra – su obra representa el pináculo de la influencia cyberpunk, aderezado con los mitos mapuches, mayas, vikingos y situado en ciudades biomecánicas que semejan costras que han deformado la epidermis de la madre tierra. En el año 2005, Baradit muestra un manuscrito a un amigo, que luego lo llevaría a manos de Cristina Palet, que luego decide publicarlo con ediciones B, bajo el sello Nova. Se trata de su opera prima Ygdrasil

Ygdrasil (2005), destila una serie de eventos que desencadenan el alumbramiento de un genero al que han denominado "cyberchamanismo", pero que el mismo autor prefiere llamar Realismo Mágico 2.0. Debo admitir que esta novela es una descarga ecléctica con una aceleración constante de doscientas revoluciones por pagina. Pero antes de seguir el simple hecho de ser diseñador gráfico, al igual que este servidor, le brinda una aproximación mas lucida del canon literario dejado por Borges. La tradición anglosajona ha dejado sus huellas en muchos de los trabajos mencionados, en particular las obras de Philip K. Dick (figura tutelar del universo ficcioramico), William Gibson, Neal Stephenson, Ballard, Bradbury, Sturgeon, Adams, Vonnegut y Clarke; pero lo que ha logrado Baradit, sin duda, no tiene parangón en Latinoamérica.

Ygdrasil es una experiencia no apta para conformes. Cuando te metes en la piel de Mariana, su protagonista, no se puede evitar pisar el acelerador a fondo para dejarse llevar por el delirante ritmo, acompasado por un soundtrack híper-tecno industrial que amalgama asesinos, traficantes, chamanes, espías y muchos mitos latinoamericanos. Tras terminar esta novela sentí como resolvía parte de mi  interrogante. Al cruzar algunas palabras con mi amigo Rodrigo Bastidas, coincidimos en que "si logramos mezclar nuestras tradiciones culturales con la tecnología de primer mundo y las dificultades propias de nuestro entorno, lograremos desarrollar un verdadero estilo narrativo que nos identifique, que nos diferencie del resto". El editor y escritor español Miquel Barceló, cuando recibió el manuscrito de Ygdrasil de manos de la editora Andrea Palet, acuño inmediatamente el termino "cyberchamanismo" para describir el innovador giro literario de Baradit, quien hasta entonces se desempeñaba como diseñador gráfico, que produciría una verdadera revolución en el panorama narrativo latinoamericano. 


Como parte de la labor pedagógica de este fanzine, se desarrollara un tríptico sobre el alucinante trabajo de Baradit,  que inicia con su primera novela Ygdrasil (2005), producto de un ejercicio de escritura diaria, hasta su último libro de cuentos La guerra interior (2017).  Su espectro temático va desde asesinas cyborg que se juntan con inteligencias artificiales hasta guerras entre chamanes y brujos por el control de la pachamama. Solo prometo que será un periplo que cambiara toda tu percepción de la real.

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