Ilustracion de Fernando de Felipe 1988 |
Siete individuos
regresan de Vietnam, el corazón de las tinieblas, al que fueron enviados con la
promesa de servir a su país, ungidos de horror y sufrimiento que trastornaron
sus mentes. Testigos en primera fila de los horrores de una guerra provocada por
el capricho y la soberbia de ser fieles a una idea impuesta por el miedo y la
paranoia. Siete sobrevivientes que no volverán a ser los mismos de antes. Con
esta idea en la mente del cineasta y guionista Oscar Aibar (Barcelona, 1967) y
convertida en magistrales viñetas por el artista Fernando de Felipe (Zaragoza,
1965) surge Nacido Salvaje, una
mirada a un conflicto bélico que marco a una generación y que ha sido llevado a
la pantalla grande, las novelas y también los comics.
Ilustracion de Fernando de Felipe 1988 |
En este recopilatorio nos encontramos con siete relatos cortos (más un último de tres páginas de forma y estilo diferente al resto) en los que se nos cuentan las historias de siete ex militares que participaron en el conflicto bélico de Vietnam. En cada uno de ellos se explora como afecto esta experiencia en el frente de batalla en su vida, una vez están de vuelta en sus rutinas previas a la guerra, y en cómo ésta incidió en su percepción de la realidad.Para los autores estos relatos contienen, además de una profunda reflexión sobre la guerra, situaciones de una crudeza aderezada con referencias a la cultura pop de su momento que fungen como bálsamo para alivianar en parte ese horror que sube como un frio por la espina dorsal, directo a la yugular, lanzando el grano a los ojos; por lo tanto, puede no llegar a gustar a ciertos lectores y lectoras.
Ilustracion de Fernando de Felipe 1988 |
Ilustracion de Fernando de Felipe 1988 |
En lo que respecta al apartado gráfico Fernando se hace reconocible, como es una constante en su obra. Su estilo proyecta lo que se puede denominar como feísmo, con su deformación casi tétrica, esconde tras de sí una marca que le viene como anillo al dedo a estas historias. Cada trazo, cada viñeta que el lector recorre en cada página logra ser el reflejo idóneo del horror que fue aquel conflicto. Algo que hace de su estilo tan característico una necesidad para esta obra, es que en los momentos de calma, cuando no sucede nada en la acción, sino que sucede en el pensamiento, los rostros del autor cobran un doble sentido, porque se vislumbra en su imperfección una tensión latente, un estallido que está por suceder. Su uso lúgubre de las sombras, y el cambio puntual de un estilo más realista para volver a su conocido estilo caricaturesco, no hace más que enfatizar esa sensación de desasosiego que nos acompañará durante todo el camino.

No hay comentarios:
Publicar un comentario