Max Rockatansky aguarda en su vehículo interceptor V8 la llegada de algún
delincuente o rebelde que desafíe la paz y la tranquilidad del camino al
exceder el límite de velocidad establecido. Ingresó a la Fuerza Principal con
el objetivo de preservar la paz y la seguridad en las rutas de Victoria,
Australia. Se dice que es reservado y ha sido considerado el mejor oficial de
la fuerza, sin embargo, le aterra la posibilidad de convertirse en tan
despiadado como los criminales a los que persigue, especialmente la banda de
motociclistas liderada por "Toecutter". Su única preocupación es
proteger a su esposa Jessie y a su pequeño Sprog. Max descubre a este grupo
después de presenciar cómo su cómplice, Goose, es quemado vivo por Toecutter
dentro de una camioneta. Después de presenciar el cuerpo quemado en la cama del
hospital, Max siente un fuerte deseo de renunciar a su trabajo en la MFP. Sin
embargo, su superior logra persuadirlo de tomarse unas vacaciones antes de
tomar una decisión final. La MFP está al borde de la desobediencia debido a la
falta de condenas de los criminales arrestados por parte del sistema judicial.
La calma de los días no suele durar mucho tiempo en la vida de Max. La
muerte de Jessie y el pequeño Sprog es el trágico desenlace del enfrentamiento
con Toecutter. Max se ve consumido por el dolor y la rabia, llevándolo a tomar
la decisión de vengarse y acabar con Toecutter. Su superior le brinda el
Interceptor Especial V8 para persguir y eliminar a cada miembro de la pandilla.
Toecutter engaña a Max, quien termina herido con un disparo en la pierna y una
fractura en el brazo derecho. En su estrategia, primero se deshace de Bubba
Zanetti, el teniente de la banda, seguido por Johnny the Boy y, finalmente, por
Toecutter. Después de cumplir su misión de venganza, Max se adentra en el
desierto, dejando atrás los escombros de lo que alguna vez fue una sociedad
civilizada para seguir las reglas del camino y el motor diésel, las únicas
cosas que quedan después del colapso.
Después de tres años desde el colapso, Max sigue vagando por lo que conocen
como el Wastedland, en su Pursuit Special. La escasez de gasolina dificulta
encontrar refugio y ha llevado a un retorno a los días de caza y recolección,
donde la supervivencia es un desafío constante. Por fin, llega a un pueblo que administra
una estación de extracción de petróleo y una refinería alejada, la cual está
siendo atacada por Lord Humungus y su grupo de motociclistas saqueadores. Max
inicialmente actúa motivado por su propio interés al aceptar ayudar a los
colonos a cambio de gasolina. Sin embargo, de manera irónica, Humungus destruye
el Pursuit Special poco después de que Max lo reabastece. A pesar de ello, Max
empieza a admirar a los colonos y establece una conexión especial con un el
niño salvaje, quien lo ayuda a recuperar parte de su humanidad. En medio de un
intenso enfrentamiento en la carretera, asiste a los colonos para que logren
huir hacia Sunshine Coast. A pesar de todo, Max está emocionalmente devastado y
le resulta difícil establecer relaciones significativas con los demás.
Finalmente, decide dejar atrás a los sobrevivientes y opta por seguir errante
en solitario a través de la tierra desolada. El niño con el que Max se
relaciona menciona que nunca más volvió a encontrarse con él.
Han pasado quince años desde la última vez que Max fue avistado. Continúa
en la búsqueda de todo lo necesario para mantenerse con vida. Su melena ha
crecido considerablemente y apenas quedan rastros visibles de su uniforme
policial anterior. Tras ser despojado de sus camellos y escasas pertenencias
por unos ladrones en el yermo. Max va a Bartertown para recuperar sus cosas. Es
desterrado por la severa tía Entity, líder de Bartertown, y abandonado en el
desierto. Afortunadamente, es rescatado por una tribu de niños que habitan en
un oasis en medio de la nada. Max trata al principio de deshacerse de los
niños, quienes lo consideran equivocadamente como un salvador casi religioso. A
pesar de sus reticencias iniciales, al final accede a ayudar a los niños a huir
hacia las ruinas de Sydney en uno de los pocos aviones que aún sobreviven en
ese lugar desolado. En medio de una batalla climática en el desierto, decide
renunciar a su propio asiento en el avión para garantizar la seguridad de los
niños y que puedan despegar sin contratiempos. Tras su llegada a Sydney, los
niños emplean tecnología preapocalíptica para iniciar el proceso de
reconstrucción de la civilización, sin embargo, Max una vez más se encuentra
atrapado en el desierto. En esta historia, Max podría estar completando un
ciclo al recuperar su humanidad y dejar de lado su propia comodidad para ayudar
a los demás. Todas las noches, la narradora deja una luz encendida en un
rascacielos para que Max, el heroico salvador de los niños, pueda encontrar el
camino de regreso a Sydney si así lo desea.
Desde hace 35 años no se tiene noticias de Max. En la actualidad, está
visiblemente agotado, solo en compañía de su fiel Interceptor V8. Después de
que su Interceptor es destruido y es capturado por la pandilla de los "War
Boys", él es encarcelado y obligado a ser la bolsa de sangre de Nux, un
War Boy enfermo. Nux, con Max atado a su coche, se une a la persecución e inicia
una intensa batalla en la carretera. Luego de adentrarse en territorio enemigo
y repeler a una pandilla rival, Furiosa conduce hacia una tormenta de arena,
logrando perder a todos sus perseguidores menos a Nux, quien intenta
sacrificarse para hacer explotar la plataforma. Max libera a Nux y lo sostiene
mientras Furiosa destruye el auto de Nux. Max se ve obligado a unirse a
Imperator Furiosa en su peligrosa misión de rescatar a cinco mujeres de
Immortan Joe, el despiadado líder de los War Boys, mientras huyen a toda
velocidad en un vehículo. Después de derrotar a quienes lo perseguían, Max opta
por separarse del resto de los sobrevivientes y desaparece por completo.